jueves, 24 de abril de 2014

¿Me manipula o me necesita?




                              ¿A QUÉ DISTANCIA QUERES ESTAR DE TU HIJO?


Pensar que tu hijo te quiere manipular te distancia de él. Desde esa distancia jamás vas a poder comprender que necesita y como ayudarlo. Creer que tu hijo te manipula provoca una respuesta desde el enojo y la bronca. O muchas veces la solución que se encuentra es ignorarlo. Creer que los niños manipulan genera una lucha de poder donde cada uno puja por ganar de manera individual. De esta forma el niño queda solo frente al conflicto y la distancia es muy grande.


Pensar que nuestro hijo NOS NECESITA nos acerca a él. Comprender que esta aprendiendo a expresar lo que le pasa y que no tiene, o aún es rudimentaria, la herramienta de la palabra para transmitirlo nos permite intentar interpretar lo que le sucede y querer ayudarlo. De esta forma no hay dos bandos, sino qué quién gana o pierde están del mismo lado. Mama o papa y su hijo están cerca, de la misma vereda para poder enfrentar los conflictos juntos y aprender de la experiencia. Esa cercanía trae escucha y empatía y la respuesta va a ser de respeto, contención y amor.

Lic. Mariela Cacciola


NUEVA FECHA TALLER VIRTUAL: "La Comunicación de los Límites"

miércoles, 12 de marzo de 2014

Por miedo a SOBREPROTEGER a veces se DESPROTEGE

Existe un gran miedo a la sobreprotección. En especial lo escucho de pediatras, psicólogos, maestros, y esto es reproducido por muchos padres. 

Es muy delgada la línea que separa la sobreprotección de la desprotección. Sin embargo, en el medio esta lo más importante que es: LA PROTECCIÓN. Es necesario pensar el límite entre ellas, debido a que se observa que en muchas ocasiones por miedo a sobreproteger se expone y se deja solos a los niños. 



Nuestra función como padres es darle la mano a nuestro hijo para acompañarlo en el crecimiento. 

SOBREPROTEGER significa apretar su mano tan fuerte de manera que no puede avanzar. Ese apretón lo único que transmite son los miedos de esa mamá o ese papá. Este apretón no permite que el niño se pueda soltar y andar solo cuando esté listo. 

DESPROTEGER implica soltar su mano antes de tiempo y empujarlo a resolver solo una situación para la cual no está capacitado aún. Esta mano empuja a enfrentar el obstáculo con miedo y en soledad. De esta forma no se está atento a las necesidades de los niños y se les genera un gran desamparo. 

El equilibrio está en PROTEGER, que es darle la mano para sostenerlo en cada paso que lo necesite. Es acompañar en sus avances, darles sostén, y que sepan que uno está junto a ellos cuando lo necesitan. Es tomar su mano con la fuerza necesaria para que pueda soltarse cuando esté preparado para hacerlo. Es dar la mano ni muy apretada ni muy suelta, sino con la fuerza necesaria para caminar a la par hasta que sea SU momento en el que pueda soltarse. Ni antes ni después. 

Es necesario estar atentos y tener cuidado de que el miedo a estar sobreprotegiendo no nos lleve a desproteger y soltar la mano antes de tiempo. 

Lic. Mariela Cacciola 
Psicóloga especialista en maternidad, crianza e infancia.


martes, 11 de febrero de 2014

Las mamás que criamos "con apego" también nos cansamos

Comparto con ustedes un mensaje que recibí hace algunos días y la respuesta. 


Hola Mariela:
Te acordas de mi? Participe en un taller virtual de límites el año pasado. Soy máma de un nene de 4 años y una beba de casi 2 años. Necesito escribirte pero creo que más que un pedido de ayuda es una necesidad de descarga. Estoy muy cansanda. Agotada. Amo a mis hijos, siempre los crie con apego y sinceramente creo que ésta forma de crianza es más cansadora aun. Mi beba sigue tomando teta, aún no duerme toda la noche. Desde que fui mamá deje de trabajar para dedicarme full time a ellos. No me arrepiento de nada, sé que es lo mejor para ellos y para mí que yo esté presente. Pero hay días que no puedo más, no me reconozco. Pierdo la paciencia fácilmente. Ambos se viven peleando y molestando. No logro resolver los conflictos sin gritos y sin desbordarme.
Todo esto me preocupe. Pero lo que peor me pone es que con muy poca gente puedo hablar sobre lo que me pasa. Solo con algunas mamas que compartimos esta forma de crianza porque el resto no lo entiende y me echan la culpa. Lo primero y único que tienen para decir es que tengo la culpa de todo lo que pasa porque yo los crie así, porque yo elegí dejar de trabajar, porque sigo sosteniendo la lactancia, porque no los mando al jardín desde el año,  porque no aplico el “Duérmete Niño”, etc, etc, etc. Jamás dude de que ésta es la forma de crianza que quiero para mi familia, sin embargo igual me canso. Pareciera que no me puedo quejar.
Perdón no quiero extenderme más, quisiera alguna palabra tuya que me acompañe en estos momentos.
Muchas gracias por tu tiempo.
Saludos




Hola:
Gracias por escribirme y confiar en mí para ayudarte con lo que te está ocurriendo.
Lo primero que te puedo decir es permitite estar cansada. La crianza cansa, cualquiera estilo de crianza es cansador, pero sin embargo cuando elegimos la crianza con apego, donde una está presente y le pone el cuerpo cansa aún más. Ponemos el cuerpo y el alma a cada instante. Cada decisión y accionar está pensado para conocer cuáles son las necesidades de nuestros hijos e intentar satisfacerlas. Ponemos toda la energía en comprender y acompañar su crecimiento. Obviamente esto cansa.
Lo mejor que podes hacer es darle lugar a lo que te pasa. Que puedas expresar ese cansancio.
Muchas veces los otros critican esa entrega y disposición que tenemos para nuestros hijos. Entonces cuando manifestamos nuestro cansancio optan por echarnos la culpa por lo que nos sucede o brindar respuestas que nada tienen que ver con nosotras. Es llamativo que las “soluciones” de algunas personas cuando nos escuchan decir de este cansancio es sólo pensar en acelerar la separación. Cortando las lactancias, dejarlos llorar para que duerman, enviarlos a jardines maternales antes de tiempo, etc. Estas opciones no tienen en cuenta las necesidades de los niños. Sólo la de los adultos. “Necesitas descansar, entonces dejalos y hacelo”. Pero incluso también desconocen a quien se lo dicen. Pretenden anular las elecciones que sostiene una mamá que cría con apego que ante todo quiere respetar a su hijo. Los consejos que te dan no hacen más que negar tu estilo de crianza.
Que sintamos cansancio e incluso que nos quejemos nada tiene que ver con arrepentirnos de nuestra elección. Las mamás que criamos con apego nos cansamos, no hay que negarlo y sabemos que eso no nos hace dudar de la forma en que queremos criar a nuestros hijos. Nada ayudan las críticas y las soluciones mágicas.
Nos ayuda que nos entiendan. Nos ayuda que nos abracen. Nos ayuda que simplemente nos escuchen.
Por eso lo ideal para cuando atravesamos estos momentos de tanto cansancio como los que contas es que busquemos ayuda en aquellas personas que sabemos que nos van a entender, que nos va a sostener. Acudir a quien le puedo mostrar mis sombras, mi cansancio, mi agotamiento, mis necesidades y que me va a brindar sus brazos y sus palabras para acompañarme.
Pensa quien o quienes son esas personas especiales en tu vida que pueden conectarse con lo que realmente necesitas y pueden acompañarte en estos momentos.
También quizás te sirva organizarte para contar con un tiempo en el cual puedas dedicarte a vos, una actividad que te brinde distracción y bienestar para volver a recuperar energías para dedicarte a tus hijos.
Te felicito por tu familia. No dudes volver a escribirme cuando lo necesites.

Cariños.
Mariela Cacciola

Datos de Contacto

miércoles, 22 de enero de 2014

¿Qué es la Crianza Consciente?


Crianza respetuosa, crianza con apego y crianza consciente; no son distintas formas de nombrar lo mismo. Por el contrario cada una tiene sus características. En artículos previos escribí sobre la crianza con apego y la crianza respetuosa.
En esta oportunidad quiero hacer referencia a que involucra SER CONSCIENTES a la hora de criar a nuestros hijos.
La crianza consciente implica:
  • Un gran conocimiento de la infancia.
  • Tomar decisiones informadas.
  • Compromiso y presencia.
  • Animarse a abrazar la propia infancia.
  • Indagar sobre nosotros para estar alertas y saber cuándo aparecen en lo cotidiano las sombras de aquellos niños y niñas que fuimos.  
  • Enfrentarse con la propia experiencia, con los modelos vividos y aprendidos, para no limitarnos a repetirlos.
  • Jugarnos por realizar elecciones genuinas y no siguiendo mandatos familiares o sociales.
  • Conocer los límites, no sólo de los niños sino fundamentalmente los propios.  
  • Ser consciente de las emociones, las nuestras y las de nuestros hijos.
  • Considerarnos responsables de las decisiones que tomamos y que estás afectan el comportamiento de nuestro hijo.
  • Hacernos cargo de las elecciones y de las consecuencias.

Cada niño es especial y cada familia es única. Como mamás y papás tenemos que saber que no hay recetas, ni instructivos que podamos aplicar en su totalidad en nuestra casa. En la crianza consciente es fundamental la búsqueda de información, pero siempre confiando que la respuesta final la encontraremos explorando en nuestro interior.
Para ser consciente en la crianza es importante aceptar nuestro pasado, interrogarnos a cada paso, y comprometernos a cada instante.
Es disfrutar del camino elegido sabiendo que no tenemos todas las respuestas, pero que estamos en la búsqueda de aquellas que son las mejores para mí y mi familia. Aceptar que en este camino nos podemos equivocar pero que de los errores se aprende.
Desde la crianza consciente se ve a los hijos como maestros, los padres guías y el crecimiento es compartido. Es permitirse transitar el camino desde la exploración y el aprendizaje. 
La crianza consciente es animarse a crecer junto a nuestros hijos.

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga especialista en Maternidad, Infancia y Crianza
Coordinadora de Dulce Crianza