domingo, 13 de diciembre de 2015

NO AL "RINCÓN PARA PENSAR"


¿Porque este método no es útil? Porque deja solos a los niños... solos a pensar qué? Ellos no saben que tienen que pensar, no saben porque se portan mal, no saben porque hicieron lo que hicieron y no saben como cambiar lo hecho.


En esos momentos no deben estar solos, por el contrario nos necesitan cerca... cerca para que les expliquemos que hicieron mal, para trasmitirles que esperamos de ellos, y para pensar juntos cómo se puede solucionar lo ocurrido. 

Necesitan de nosotros y de nuestra palabra para aprender la situación. 

Nos necesitan cerca para darles la seguridad de que se porten bien o mal los seguimos queriendo. 

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga especialista en Maternidad, Crianza e Infancia.
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TALLER VIRTUAL:
"LA COMUNICACIÓN DE LOS LÍMITES"

viernes, 20 de noviembre de 2015

Semana del Prematuro - Historia de una mamá en primera persona

El nacimiento de un bebé prematuro establece una situación de muchísimo esfuerzo y exigencia, tanto para el bebé como para los padres y la familia. 



Por un lado, el bebé atraviesa varias situaciones: sus déficits madurativos para vivir, mantenerse estable, atravesar sufrimientos corporales y llegar a mantener una relación con sus padres sin desorganizarse.

Por otro, la generación de diversos sentimientos en los padres: duele, impacta, exige acomodaciones, desconcierta.

Desde el nacimiento- ingreso a la terapia intensiva hasta el egreso se produce un encuentro inmerso en un shock, en un estado de confusión…. De alguna manera un encuentro desencontrado….

Entre experiencias intensas y de enorme ansiedad van creciendo sentimientos encontrados: amor y fortaleza, pero también inseguridad, culpa y temor. 



Es cierto que las marcas en la piel del bebé cuentan su historia de inmadurez, de intervenciones físicas, de dolor, fortaleza y sobrevida; pero también existen marcas invisibles que necesitan tiempo para expresarse.

Texto extraido de 
Las implicancias afectivas de la prematurez de Gabriela Pose. 

Gracias Vanesa por compartir tu historia:

Juan nació el 29 de octubre de 2009, mi fecha probable de parto era del 12 de enero. 

Creo que la experiencia de internación es extensiva a bebés de variado tiempo gestacional y variado tiempo de internación; la realidad es que el parto suele ser un recuerdo traumático…. Si cerrara mis ojos y les dijera lo que veo de ese día sin entrar en el detalle sería: incertidumbre mía y de algunos médicos, muchas luces, tactos, manos que me tocan y me acomodan de un lado a otro, el monitoreo constante que preocupa y alerta, yo sintiéndome desdibujada, desoída e infantilizada. Una sola anécdota al respecto para visualizar lo que digo: en la sala de preparto mientras tenía al menos 4 médicos tocándome y resolviendo una cesárea o un parto natural, una doctora se da cuenta que yo podía anticipar la contracción inminente y paró todo el movimiento, habló conmigo y nos pusimos de acuerdo en que iba a intentar un parto natural ya que yo podía hacer la fuerza correcta en el momento correcto; pero para esto yo ya había sufrido varias horas escuchando que como era primeriza no iba a saber qué hacer, que como no había hecho el curso pre parto mis avisos de contracciones no eran fiables, bla, bla, bla. 

Después del parto me levanté en cuanto pude. Ya no soportaba que vinieran a la habitación a pesar a un niño que yo no tenía en brazos; pensaba en ese momento… ¿en una situación tan dolorosa para una madre, nadie avisa a las pediatras del piso que yo no tengo bebé para pesar, que cada vez que abren la puerta y tengo que explicar que Juan está en terapia recibo esas miradas de lástima que me lastiman aún más?

En fin, bajé yo también a neo, sangrando en cuerpo y alma a ver a mi pequeño yacer en una camita que después llamaríamos CERVOCUNA, y que lo mantendría calentito fuera de mi útero. 

En el 2009 el horario de la neo era bastante acotado, una hora reloj de visita cada dos. No me alcanzaba para estar con Juan, aún sin poder tocarlo creía por momento abrazarlo con la mirada, recorrer cada parte de su cuerpito y rogar que no le doliera tanto todo lo que lo tenía puesto, la vía, la sonda…. Una hora me era poco y no había chance de alargar. 

De vuelta a mi casa sin panza y sin bebé comencé a tener estrategias para poder descansar y estar a horario en la neo…. Mi familia, toda se organizó en torno a cuidarme y así cuidar a Juanpi. Era doloroso para todos, los abuelos no podían verlo y había situaciones que estresaban mucho. Mi mamá conoció a Juan a través de una sabanita con sangre que ella lavaba amorosa y dolorosamente y mi hermana conoció a Juan a través del olorcito a vómito en una ropita. Para la familia cercana ese primer contacto desde el dolor marca para toda la vida. 

Estuvimos casi dos meses, 56 días exactamente; yo denominé a esto el “juego de la oca” porque íbamos a veces 1 paso para adelante para adelante y muchas 10 pasos para atrás. 

El tema de la lactancia fue un tema que me pasó desapercibido, me sacaba leche como podía, investigaba con saca leches variados hasta encontrar el que más cómodo me venía. Era angustiante la cantidad de leche que sacaba, se me iba la hora la visita en ese acto. Sentía que si le dejaba mucha leche el enano iba a estar mejor; pero al no haber puericultoras y las enfermeras que corrían todo el tiempo nadie me dijo, nadie se sentó a hablar conmigo de lo importante de la lactancia materna, de cómo podíamos promoverla y extenderla en casa. Algunas enfermeras nos regalaban sobres de Nutrilon para que tengamos el arsenal de leche de fórmula en casa y yo pensaba que si ellas me lo daban era porque era mejor. Ya mi cuerpo había fallado con Juan por qué no iba a fallar de nuevo…. Mi leche sería buena?. 

Después de dos meses nos dieron el alta y la única información que nos brindaron fue una fotocopia de….. cómo esterilizar una mamadera. Se imaginan cómo termino mi historia?. Sumado a una pediatra que no era pro-lactancia, dejé de darle lactancia mixta a los 4 meses y sólo me quedé con la fórmula. Nunca supe que era mi derecho darle mi leche por falta de información y apoyo. Ojalá hubiera pocas historias como la mía y muchas de lactancias maternas exclusivas logradas con apoyo del personal de salud.


martes, 17 de noviembre de 2015

CARTA ESCRITA POR UN RECIENTE HERMANO MAYOR


Mamá y Papá:

Quiero decirles algunas cosas, espero que me escuchan y puedan ayudarme.
No entiendo bien lo que me pasa. Todos me dicen que tengo que estar contento porque tengo un hermanito. Todos me felicitan. 
Todos están tan contentos, yo no lo estoy y no sé porqué. Los veo a ustedes felices pero cansados. Veo que tienen todo el tiempo a upa al bebé. Cada vez que les pido algo están ocupados o sin ganas. 
Veo que mi hermanito ahora está con ustedes en ese lugar donde antes estaba yo. Ahora ya no tienen todo el tiempo para mí. Está él. Ya casi no pueden jugar conmigo. Siempre me piden que espere. A mi me gusta salir a pasear con los abuelos y tíos pero yo quiero quedarme en casa con ustedes. A mi me gusta ir al jardín pero ahora cuando yo me voy él se queda en mi casa.  Todo esto no me hace sentir bien.
No entiendo porque llora el bebé y me asusta. No entiendo porque llora tanto a la noche, tan fuerte que me despierta. 
Y de día me piden que haga silencio porque se tiene que dormir o porque está durmiendo. 
No sé como hacer silencio tanto tiempo. 
No entiendo muchas cosas, otras me enojan y tampoco sé porque me porto mal. 
No te enojes conmigo, no lo hago apropósito, no lo puedo evitar, no soy malo. 
Me gustaría que todo vuelva a ser cómo antes, cuando todo estaba bien.
Tengo miedo que me dejen de querer cuando me porto mal o porque no quiero a mi hermanito. 
También a veces quiero ayudar o acariciar a mi hermanito y no lo hago bien, soy torpe. 
Es que no sé cómo hacerlo pero quiero ayudarte. 
Te pido que me ayudes a entender lo que me pasa. 
Te pido que me tengas paciencia y me retes menos.
Te pido que me demuestres que sigo siendo importante y que me siguen queriendo. 
Quisiera volver a ser la persona favorita en su mundo. 
Mamá y Papá los quiero, ahora soy el "Hermano Mayor" pero aún sigo siendo un niño que estoy aprendiendo y necesita mucho de ustedes.


Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga especialista en maternidad, crianza e infancia.

Con esta carta buscamos empatizar con lo que le sucede a un niño con la llegada de su hermanito. Es el eje central del TALLER VIRTUAL: "HERMANOS. Cómo favorecer la relación". En el taller buscamos comprender al niño y brindarles herramientas a las mamás y los papás para acompañarlos en esos momentos.

Podes CONTACTARTE para conocer la próxima fecha de inicio del taller virtual o por cualquier consulta.


miércoles, 28 de octubre de 2015

LLEGAR A CASA LUEGO DEL PASO POR NEO - Historias de mamás y papás en primera persona.


"Cuando llegamos a casa con nuestro peke titán (Juan Pablo, nacido de 30 semanas), habían pasado 55 días de internación, era un 22 de diciembre y la despedida de la neo fue tremenda, al llegar ese día en el primer turno, la jefa de enfermeras nos había puesto un cartel a tres de los pacientitos, de los “hijos” sobre las cunas, para ese entonces ya estábamos en cuidados mínimos y algunos parientes cercanos lo habían podido ver tras el vidrio pero nada más, al ver los carteles que sólo decían el nombre de los bebés con goma eva, nos dimos cuenta entre lágrimas y abrazos que nos íbamos, no obstante, nos sobrevivo un terror inmenso, ¿cómo íbamos a tratar a nuestros bebés en casa?, ¿cómo cuidar tanta fragilidad?, ¿cómo frenar a todos los parientes que iban a querer ver ese bebé que no habían podido conocer en dos meses?.


Con mi marido decidimos mandar un mail prometiendo fotos y explicando que no íbamos a recibir visitas hasta que la pediatra nos autorizara, Juan había estado muy delicado y si bien muchos nos decían que ya había pasado todo, para nosotros este viaje recién comenzaba y la experiencia vivida nos había dejado muy sensibles y con muchos miedos. Sólo lo podrían ver los abuelos y tíos, ni amigos, ni primos y mucho menos niños en edad escolar, mi gordito tenía las defensas por el piso y su cuidado iba a ser fundamental para la recuperación.

Yo ya venía preparando la casa, había lavado cortinas, repasado una y otra vez pisos, baño, la cocina parecía el lactario, los muebles impecables.

La jefa de Neo, nos dio los papeles del alta, nos pidió que anotáramos preguntas para hacerle y nos dejó en claro que podíamos llamar a neo las veces que quisiéramos las 24 hs del día. Las enfermeras nos despidieron con lágrimas, abrazos y promesas de llevarles los bebés para que los vieran crecer, cosa que hasta hoy cumplo…. 6 años después de ese día.

Al llegar los tres a casa, nos sentamos con mi marido en el sofá del comedor y lloramos abrazados a nuestro bebé por largo rato, la angustia contenida era mucha y no podíamos creer que teníamos a nuestro amorcito entre brazos, sin embargo había una realidad latente, no conocíamos a nuestro hijo.

Si Juanpi lloraba no sabíamos por qué era, y eso era contadas veces, bañarlo nos daba miedo, si bien en la neo nos enseñaron a hacerlo antes de darnos el alta, pero siempre había una “Rosa”o una “Cristina” a mano para cualquier eventualidad. Alzarlo era un desafío, su cuerpito tan frágil, sus ojitos como tristes y asustados. Hubiera querido borrarle del cuerpo y del alma tantas malas vivencia a mi pequeño hijo que ya por entonces tenía dos meses de vida.

El seguimiento de los prematuros en el Hospital era nulo, por lo cual más temíamos por el gordo ya que nos esperaban médicos nuevos que no sabían su historia. Mucho de lo que hice fue por intuición. Yo preparé una carpeta con todos los estudios, y anoté los informes que me deban en la internación para llevarlo al médico que correspondiera y tener un resumen de la larga historia clínica de Juanpi.

La primera noche no dormimos nada, Juan era una máquina de hacer ruidos, nos habían recomendado poner una radio y no apagar la luz, pero él estaba incómodo y nosotros más aun, habría los ojos enormes, si bien sabíamos por los fondos de ojo que le habían repetido muchas veces que no veía mucho, hasta parecía que sentía otros olores, yo lo sentía asustado, eso sucedió por muchos días más, por las noches decidimos sacarlo del catre que estaba al lado de mi cama porque no lo veía y ponerlo con un moisés de viaje en el medio de la cama para verlo mejor, yo le ponía la mano encima de su cuerpito como cuando estaba en la servocuna y así se calmaba, el papá hacía lo mismo, y de a poco empezamos a “colechar”, una palabra que yo desconocía. Con cuidados extremos, pero con la seguridad que lejos de nuestros cuerpos no estábamos seguros ninguno de los tres".

Gracias Vanesa por compartir el relato.

sábado, 10 de octubre de 2015

HISTORIAS EN PRIMERA PERSONA: Lactancia y Vuelta al trabajo


Laura comparte con nosotros su gran esfuerzo para continuar con la lactancia exclusiva cuando volvió a trabajar.


"Para todos/as los que me decían que cuando vuelva a trabajar se me terminaba la lactancia materna exclusiva. Para los/las que me decían dale fórmula, no vas a llegar a juntarle la leche. Para mi jefa que no me deja sacarme leche en el trabajo (es madre y abuela. A veces creo que las menos solidarias son las mujeres) y mis compañeros/as, que no me cubren media hora aún cuando me ven dolorida por los pechos llenos de leche. Para mis compañeras madres, que me dicen que estoy loca porque me levanto a las 5 am para sacarme más leche que le de fórmula asi descanso. Para todas las mamis que dudan y creen que su leche no alcanza y que sus pechos no se llenan... 
SI SE PUEDE!!!. 
280 mililitros de oro blanco en 20 minutos para mi bebita hermosa que viene engordando y creciendo genial a pasar de que este sistema perverso quiere que bajemos los brazos. 
Viva la teta! 
Es hermosamente agotador. Claro que si!!. Porque lo bueno... 
Tarda en llegar, pero al final, al final hay recompensa!!".

Felicitaciones para Laura y para todas las mujeres que eligen seguir amamantando a sus bebés en un contexto que poco ayuda a hacerlo.



Si queres que se publique tu historia enviala a dulcecrianza@gmail.com

lunes, 7 de septiembre de 2015

LOS CELOS ENTRE HERMANOS





Damos por sentado que los hermanos se tienen que querer, que es una de las mejores relaciones que nos da la vida. Pero esto no es así desde el principio. Este vínculo no nace, sino que se construye.




Los celos son los protagonistas en esta relación en sus inicios. Por esto, lo primero que debo decir al respecto es: AMIGUÉMONOS con ellos, son parte fundamental de este vínculo.

Debemos tomar este sentimiento de los niños como normal, natural y esperable. No creo que exista relación entre hermanos sin celos. Algunos serán más celosos que otros, lo manifestaran de diferentes formas, algunos tendrán más consecuencias en la relación y en la personalidad de cada uno, pero existen. Fundamentalmente porque la hermandad implica CEDER Y COMPARTIR un montón de cosas, pero principalmente EL AMOR DE LOS PADRES Y OTROS FAMILIARES. No podemos pretender que esto no les afecte a nuestros hijos.

Los celos entre hermanos son totalmente normales, y es absurdo (y muchas veces contraproducente) pretender negarlos, reprimirlos o castigarlos, éstas opciones generarían consecuencias problemáticas en la relación, haciendo que algo que es normal en la infancia perdure de forma conflictiva a lo largo de toda la vida.

Podemos pensar tres grandes etapas de conflictos entre ellos, con la llegada de un nuevo hermano, cuando el hermano menor comienza a ganar autonomía y a vincularse con los otros miembros de la familia a parte de la mamá y con el crecimiento cuando ambos son niños.

Nuestra tarea como padres es reconocer ese sentimiento en nuestros hijos, saber qué lo motiva y encontrar estrategias para acompañarlos en cada etapa para afrontar los celos, resolver los conflictos y para que estos no perjudiquen a futuro la relación entre ellos y con nosotros.

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga especialista en Maternidad, Crianza e Infancia.
Datos de contacto

Estos son los objetivos del TALLER VIRTUAL: “HERMANOS. Cómo favorecer la relación” que comienza el 27 DE NOVIEMBRE. Para mayor información contactate.