Muchas veces los padres
tenemos obligaciones domésticas que
ocupan tiempo que podríamos estar dedicándole a nuestros hijos. Jugar con
ellos no es solamente sentarnos con sus juguetes o formar parte de su juego.
Es
muy entretenido para los niños participar de nuestras actividades. Se
divierten, aprenden, juegan, exploran y adquieren responsabilidades. Esto tiene múltiples
beneficios: paso tiempo con mi hijo, participa de mi obligación y aprende a
cooperar en las actividades de la casa.
Por ejemplo, podemos
lavar los platos junto a ellos, cocinar, colgar la ropa, podemos pedirles que
nos ayuden a guardar la compra del supermercado, ayudarnos a tender la cama, poner
la mesa, etc.
Siempre adecuándonos a su manera de realizar las
cosas y teniendo en cuenta que la actividad no la vamos a realizar de la
misma forma ni en el mismo tiempo que si la realizamos solos.
Lo mismo podemos hacer
con cosas que les solicitamos a ellos.
Cuando los niños son pequeños rara vez nos harán caso si les pedimos que
guarden los juguetes y seguramente somos las mamás y los papás quienes terminamos
juntando todo. Será diferente el resultado si les proponemos ayudarlos a juntar sus juguetes y
realizamos la actividad junto a ellos.
Podemos
transformar algunas de nuestras obligaciones en momentos compartidos con
nuestros hijos.
excelente info, me sirve mucho :)
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