viernes, 17 de abril de 2015

Colecho: ¿Hasta cuándo? ¿Cómo finalizarlo?

Muchas mamás y papás optan por compartir la cama - colecho - con sus hijos. Algunos lo eligen como parte de un estilo de crianza, ya que el colecho es una de las características de la crianza con apego que facilita la lactancia materna y permite satisfacer la necesidad de contacto de los bebés durante la noche. Otras familias llegan al colecho por cansancio, por los despertares del bebé, porque el niño se pasa de cuarto, u otros motivos. 


Por decisión informada o porque esta realidad se impuso, algunas familias descubren que durmiendo juntos es la forma indicada para descansar mejor. 

Respecto al colecho y sus beneficios encontrarán escritos muchos artículos. En esta oportunidad me dirijo a quienes ya optaron por el colecho, y que con el pasó el tiempo sus interrogantes cambiaron. 

Los bebés se transforman en niños y con el crecimiento de ellos aparecen en los padres nuevos cuestionamientos. Muchos son las mamás y los papás que me escriben para consultar cuándo es el momento de finalizar el colecho, cómo realizar el cambio de habitación y cómo lograr que el niño duerma en su cuarto.

Comparto con ustedes algunas reflexiones al respecto.

¿Hasta cuándo colechar?

El momento para dejar de colechar y que el niño pase a dormir en su cuarto es algo subjetivo y que dependerá de una decisión familiar. El fin del colecho no está dado por una edad del niño, no hay un número objetivo que nos diga “hasta acá puede ser”. 

Madre, padre e hijos son parte de este cambio. Las necesidades o deseos pueden cambiar y como consecuencia cambian sus costumbres y acciones.

Como dijimos anteriormente, el colecho es una elección familiar y permite que toda la familia descanse mejor. Mientras esto “funcione” no hay porque modificarlo. 

Qué puede motivar el cambio: 

1) El niño manifiesta querer dormir en su cuarto. El “ideal esperable” por los papás es que éste momento esté determinado por el niño. Que llegue un día y diga “mamá, papá, quiero empezar a dormir en mi cama en mi cuarto”.  

2) Los padres observen que sería beneficioso para el niño comenzar a dormir en su cuarto. Son los que mejor conocen a su hijo y sabrán darse cuenta si su hijo está listo o si consideran que comenzar a tener su espacio será beneficioso para él. Algunos indicios están dados por cuestiones concretas, por ejemplo disminución de los despertares nocturnos y finalización de lactancia materna. También puede ser por cuestiones subjetivas como observar mayor independencia. 

3) La mamá, el papá o la pareja en conjunto consideren que es conveniente dejar de colechar por necesidades propias. Los motivos pueden ser variados. Así como la decisión de colechar tiene que ser una decisión familiar, modificar esto también lo es. Por lo tanto es necesario respetar los deseos de todos. 

En relación a estos tres grandes grupos podemos hablar de descolecho natural - descolecho respetuoso

Pensemos el paralelismo con la lactancia. En los casos que llega el final porque el niño no quiere tomar más, hablamos de un destete natural. Pero también hay mucho casos de que la mamá por diversos motivos quiere destetar y se busca la manera que este proceso sea respetuoso con el niño. 

El "descolecho natural" se daría en la primera situación descripta. Siendo el niño quien manifiesta su deseo de dormir en su cuarto. Que surja el interés desde el niño mismo implicará que está preparado y que el proceso fluirá con mayor naturalidad. Sin embargo, como mencioné, éste es un “ideal”, es posible pero no siempre ocurre o a veces sus tiempos no condicen con los de los padres.

El "descolecho respetuoso" sería en los casos de las opciones 2 y 3. Ya sea porque los padres consideren que el niño está preparado para realizar el cambio o porque sea una necesidad de ellos, el acento estará puesto en acompañarlos y darles seguridad para lograr construir SU nuevo espacio. 

Para que el proceso sea respetuoso la forma en que se realice será lo más importante a cuidar. Lo primero que debemos hacer es conversarlo con ellos y contarles la decisión. Es importante que se sientan parte activa del cambio, una opción es hacerlos participar de la preparación de su cuarto para que se adueñen de ese lugar. Quizás el cuarto ya estaba armado y hasta ese momento era un lugar para jugar. Será importante vincularlo con el momento del sueño, por ejemplo comprando algo elegido por ellos para la ocasión, como ser: sábanas nuevas, un velador, un muñeco, algún adorno. Generar juntos un lindo espacio para descansar.


Algunas cuestiones a tener en cuenta. 

Cambia el lugar pero no la rutina. Es importante en el momento que se realice el pasaje a su cuarto es mantener las costumbres y rutinas. Si siempre los acompañamos para que se duerman, le cantamos, le damos teta, los mimamos, esto no debe modificarse. Que cambie el lugar para dormir no implica que debería cambiar la forma con la cuál logran conciliar el sueño. 

El colecho es parte de la crianza respetuosa, pero la crianza respetuosa excede al colecho. El respeto estará dado por acompañar este proceso, darle tiempo para que construya como SU espacio ese nuevo lugar, que logre apropiarse de él y fundamentalmente que le genere seguridad. 

El respeto pasará por seguir acompañado sus despertares, ya sea yendo los adultos a su cuarto o permitiendo que en ese momento de la noche vuelva al nuestro.

Nunca forzarlos y tener paciencia.

Es importante que el proceso no coincida con otros sucesos vitales importantes en la vida de nuestro hijo, ya sea: nacimiento de hermanos, mudanzas, separaciones, inicio de escolarización, etc.

Podemos ser flexibles. La decisión no es hoy y para siempre. Podemos creer que es el momento, pero cuando lo llevamos a la práctica no resulta. Puede ocurrir que nuestro hijo se comience a despertar más, llora, se angustia, tiene pesadillas o comportamientos que nos demuestran que aún no está listo o que le está afectando el cambio. Deberemos volver a evaluar la situación, recordar qué motivo el pasaje y volver a reflexionar si sostenemos esta decisión y continuamos acompañándolo o aceptamos que no era el momento adecuado y postergamos el cambio para más adelante. 


Lo fundamental es CONFIAR. De la misma manera que CONFIAMOS en nosotros como padres y en nuestros hijos para optar por dormir juntos, confiar que sabremos cuándo y cómo será el momento para dejar de hacerlo. 

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga especialista en maternidad, crianza e infancia.
Coordinadora de Dulce Crianza.

En caso que quieras o necesites orientación sobre este u otro tema puedes contactarte conmigo. 
No olvides seguir las publicaciones de Dulce Crianza en facebok.


Algunas experiencias de mamás que me han compartido como han realizado el proceso:

Hola Mariela. Quería contarte lo que estamos haciendo estos días, que tal vez te sirva para alentar a otros papás. Nuestra hija tiene un año y ocho meses. Ha pasado a dormir en su habitación propia. "Recién!!" dicen tantos jaja. Lo hemos hecho naturalmente, felices, sin llantos, protestas ni forzando situaciones. La verdad que estamos tan contentos! Y tanto que nos decían que no íbamos a poder dejarla nunca en su habitación. Le ofrecimos y aceptó gustosa. Sí, porque aunque no tiene dos años, sabe lo que quiere jaja. Yo la acompaño, algunas noches más, otras menos, pero en ningún momento ha querido volver con nosotros. Bueno, lo que quería decir es que se puede, más allá de lo que digan los demás. Tu familia es única, tus hijos son únicos. Gracias por acompañarnos en este proceso. Mariana


Hola Mariela: Gracias por tu espacio. Te cuento que finalmente no cambie de cuarto a Lautaro cuando nació su hermanita. Tus consejos fueron fundamentales en ese momento. Y recién ahora, casi dos años después le armamos el cuarto a ambos hermanos juntos. Estaban felices de que sea su habitación. Se duermen todas las noches ahí con nuestra compañía y a veces se pasa alguno a la noche. Estamos felices porque como se dio todo. Gracias por tus palabras. Romina


Hola Mariela. Te escribo nuevamente. Finalmente con mi pareja llegamos a un acuerdo. Por ahora esperaremos que Mica quiera dormir en su cuarto. Hemos intentando pasarla y se angustia muchísimo. Esto no pasa en las siestas. Duerme todas las siestas en su cuarto y seguimos compartiendo la cama durante la noche. Te recuerdo que tiene 8 meses, y sé que es pequeña aún, me di cuenta que me estaban influenciando mucho las opiniones de los demás. Nosotros disfrutamos de dormir juntos. Gracias por tu apoyo. Trinidad

martes, 3 de marzo de 2015

Inicio de clases ¿Proceso de Adaptación o Tiempo de Construcción?


Hay procesos de adaptación que parecieran procesos de resignación, el objetivo es que el niño se resigne y permanezca en el jardín. Por esto, muchas instituciones insisten a las mamás y los papás que dejen a sus hijos llorando convencidas que es el camino a la adaptación: "Dejalo mamá, no te preocupes, llora 10 minutos y se le pasa". 

Que se adapte o que se resigne son muy parecidos. Ambos buscan que el niño sea quien acepte y se adapte a la nueva realidad. 

Considero que sería mejor si al "proceso de adaptación" lo llamamos: "tiempo de construcción".




Un tiempo donde JUNTOS, el equipo de la institución, los padres y el niño, CONSTRUYAN un nuevo espacio. Donde se conozcan y construyan lazos de confianza. 



Si lo pensamos como una construcción, todos participan activamente del proceso y se tienen en cuenta las necesidades de todos. El objetivo será que el niño pueda reconocer como propio el nuevo espacio del jardín y CREAR un nuevo lugar para disfrutar.

Para esto se necesita TIEMPO, el tiempo que sea necesario para lograr esa CONSTRUCCIÓN. Se necesita paciencia. Se necesita un equipo docente que reconozca el lugar de colaboración los padres y que no trate simplemente de expulsarlos de la sala.

Se necesita RESPETAR al niño si aún no está listo. Si llora es porque no está listo, está necesitando de sus personas de confianza cerca para que lo ayuden a CONSTRUIR LAZOS con esas nuevas figuras que oportunamente serán también personas significativas.

Todo esto debe ser sin presiones, sin apuros... si lo forzamos no estaremos CONSTRUYENDO sino estaremos buscando resignación.

Dulce Crianza espera que todas las familias que comienzan un nuevo año escolar puedan CONSTRUIR JUNTOS un nuevo espacio de placer para sus hijos

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga especialista en maternidad, crianza e infancia.
Coordinadora del espacio Dulce Crianza.
Datos de Contacto

lunes, 26 de enero de 2015

Tu hijo se porta mal... tu hijo te desafía!





Seguramente hemos escuchado esta frase con sentido negativo. Es común escuchar: "Los hijos desafían". "Los hijos ponen a prueba a los padres". "Intentan manipular". "Los provocan". "Desafían la autoridad".


Entender el desafío de esta forma hace que nos enojemos con el niño, lo retemos y sólo esperemos de él que modifique su mala conducta. 

Desde este espacio proponemos pensar el desafío en un sentido positivo. Un desafío es una apuesta, un juego, algo a descubrir.

Los malos comportamientos esconden un malestar en el niño. 

El desafío es descubrir qué le pasa.
El desafío es involucrarnos con lo qué le sucede
El desafío es poder acompañarlo.


Aceptar el desafío es una oportunidad para conectar con nuestro hijo, comprenderlo y ayudarlo. Poder entender que su mal comportamiento es "un llamado de atención", una señal, para que registremos que algo le está pasando, algo está necesitando. 

Ser conscientes de esto nos permitirá como padres implicarnos con su malestar para poder comprender el mensaje detrás de su conducta y por último conocer el camino para ayudarlo. 

En algunos momentos a los padres les resulta simple entrar en sintonía y reconocer lo que le pasa a su hijo. El comportamiento puede afectarse por cuestiones más simples como sueño, cansancio, hambre o aburrimiento. También la causa pueden ser eventos importantes en su vida, como ser la llegada de un hermano, comienzo de la escolaridad, conflictos o peleas en la pareja, etc. En otras ocasiones, es más difícil comprender al niño y los padres se sienten desorientados, entonces es importante consultar con alguien que nos ayude. Si no sabes qué le puede estar afectando a tu hijo me pongo a disposición para que te contactes por privado me escribas contando que le sucede e intentaré ayudarlos.

El camino es detenernos a observar a nuestros hijos y aceptar el desafío de acompañarlos.

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga especialista en Maternidad, Crianza e Infancia.


TALLER VIRTUAL "LA COMUNICACIÓN DE LOS LÍMITES". Para mayor información del taller contactate

lunes, 19 de enero de 2015

Hijo OASIS - Hijo MAESTRO

Para mamás y papás con dos o más hijos les comparto un fragmento del libro "TU HIJO, TU ESPEJO" de Martha Alicia Chávez.

"En toda familia conformada por dos o más hijos, siempre hay un hijo al que llamo "oasis" y un hijo al que llamo "maestro". El oasis es ese hijo o hija que casi se autoforma y se autoeduca, a veces parece que ya nació formado y educado. ¡Es tan fácil ser padre de ese hijo!, es responsable, no da problemas y la relación con él o ella fluye fácilmente. El hijo "maestro", en cambio, nos voltea al revés, es el que nos hace madurar, aprender y crecer, el que nos hace leer libros, ir a terapia, cursos y conferencias para encontrar la forma de lidiar con él, nos hace volver los ojos al cielo en busca de ayuda y con ello nos acerca a nuestra parte espiritual. Nos acerca a un Ser Superior, el cual cada quien nombra o concibe a su manera. Es difícil ser padre de estos hijos "maestros", a veces pensamos que están mal, que hay algo equivocado en ellos, pero créeme, no es así. Yo creo profundamente que nuestras almas —las de los padres y las de los hijos— se atrajeron mutuamente para crecer juntos; dicho de otro modo, nosotros elegimos a nuestros hijos y ellos nos eligieron a nosotros. Si te suena descabellado, revisa con todo detenimiento lo que ese hijo "maestro" te ha "obligado" a aprender y buscar; las búsquedas siempre conducen a algo bueno. Con los hijos difíciles tenemos la mejor oportunidad de aprender, entre muchas otras cosas, el amor incondicional. No significa que los demás hijos no nos ayuden a aprender y a crecer, ellos lo hacen de diferente manera, por otros caminos; tampoco significa necesariamente que el hijo "oasis" será el más sano, exitoso y feliz, y que el hijo "maestro" será el enfermo, fracasado y desadaptado; te sorprenderá saber que, con frecuencia, el hijo difícil es el más sano de la familia."

Para reflexionar.
Uno de los ejes del taller virtual: "HERMANOS. Cómo favorecer la relación".
Para mayor información del taller contactate.

viernes, 9 de enero de 2015

Espacios de lactancia en shoppings



¿Realmente estos lugares fomentan la lactancia materna? 
Más allá de las dudas que genera el sólo hecho que este auspiciado por AVENT. 
Son pequeños cuartos aislados con sólo un sillón para la mamá. No hay espacio para el padre, ni para hermanos, ni para nadie más. Me pregunto para quienes están pensados. ¿Para la mamá? Que debe estar ahí sola dando de mamar. ¿Para el bebé? Qué tiene que esperar que la madre encuentre ese lugar para poder mamar. O ¿Para los otros? Que no quieren ver a un bebé tomando la teta.



Entiendo que se busca brindar a la mamá un espacio de tranquilidad. Pero si realmente se apoya la lactancia materna no se debería dar el mensaje que se necesita un lugar especial para amamantar sino que en CUALQUIER MOMENTO Y CUALQUIER LUGAR la mama y el bebe pueden ENCONTRAR COMODIDAD.

La LACTANCIA MATERNA debería ser considerada como algo NATURAL, ESPONTANEO, que no molesta, ni que llama la atención. El día que realmente así sea estos espacios no serán necesarios. 

¿Qué opinan? ¿Los utilizan o utilizarían?

jueves, 4 de diciembre de 2014

Papá Noel, Los Reyes Magos y otros personajes ¿MENTIRAS O FANTASIAS?


Se acercan las fiestas y muchas familias comienzan a preguntarse como abordarán el tema de Papá Noel y los Reyes Magos con sus hijos. 

Algunos no dudan en promover estas fantasías, mientras que otros manifiestan que no les gustan porque sostienen que son mentiras y es una forma de engañar a los niños


Estos personajes exceden lo religioso y la tradición católica. Forman parte de lo cultural y de nuestras vidas. Tenemos que tener presente que nuestra historia personal juega un rol importante a la hora de definir que haremos con nuestros hijos. 

Hay personas que recuerdan con mucha felicidad esos momentos. La magia de la navidad, los regalos y Papá Noel son parte de los mejores recuerdos de su infancia. Siendo estos sucesos más importantes que el momento en el cuál se enteraron que Papá Noel o Los Reyes Magos eran los padres. Hay otras personas que recuerdan la tristeza y la frustración que esto les generó y no quieren que lo mismo suceda en la vida de sus hijos. Casi todos recordamos el momento en qué nos enteramos que estos personajes eran creados por nuestros padres, pero para cada uno tiene una carga diferente. 

¿MENTIRAS O FANTASIAS? 

Como papás no es lo mismo sentir que estamos mintiendo a que estamos armando un mundo de fantasía. Por eso debemos detenernos a pensar.

Cuando un niño ve a alguien disfrazado de Papá Noel, Los Reyes Magos, Mickey Mouse, Kitty, El Hombre Araña, o quien sea, no piensa que es un adulto disfrazado, ellos creen y están seguros de estar viendo AL PERSONAJE. Se emocionan y nosotros fomentamos esa ilusión. Seguramente sacaremos fotos y las guardaremos como recuerdos. No les contamos la realidad, no les hacemos darse cuenta que ahí dentro hay un señor disfrazado. Por el contrario, intentamos sostener la idea de que están junto a su personaje favorito. Seguramente hasta inventamos excusas para explicar por qué no hablan. ¿Les estamos mintiendo?

NO; NO LES ESTAMOS MINTIENDO: ESTAMOS JUGANDO CON ELLOS. Eso es la infancia. Un mundo de creer, de jugar. Es otra realidad, no la realidad del adulto, es la realidad de la FANTASIA, LA ILUSIÓN Y LA MAGIA. 

Los niños viven en ese mundo, y esto es lo mejor que les puede pasar. Nosotros debemos conservar esa ilusión y su inocencia en un primer momento. Convocar a nuestro niño interior para formar parte de ese mundo, armando la escena mágica, permitiendo que sean niños, que se ilusionen, que crean que todo es posible. 

Luego llegara el momento de la desilusión, y como papás tendremos un nuevo desafío cuando se enteran de esta nueva realidad. Una realidad que marca que crecieron, que son un poco "menos niños". Para esto, también, estamos las mamás, los papás y otros adultos, para ACOMPAÑARLOS Y CONTENERLOS en esos momentos. Lo que nos implicará volver a ser creativos para lograr que estos niños que ahora son poquito más grandes sigan siendo parte de esta fantasía pero ahora desde otro lugar, muchas veces se convierten en "cómplices" de los adultos para continuar creando la magia para los más pequeños de la familia. 

Cada mamá y papá tomará la decisión que crea que es la adecuada para su familia. Con lo que se sienta cómoda, quizás sí no es Papá Noel y los Reyes Magos, serán otros personajes. Lo importante es promover un mundo de fantasía en niños que actualmente viven con un exceso de "realidad" más cercana a la del adulto que a la de la niñez. 

Recordemos que LA INFANCIA ES JUEGO. El juego es para los niños tan real como lo es nuestra realidad. Animémonos a formar parte de SU mundo MÁGICO y de SU realidad.

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga especialista en Maternidad, Crianza e Infancia.