lunes, 13 de febrero de 2012

PRESTAR LO AJENO... Cuando los padres quieren que sus hijos compartan


La mayoría de los adultos consideran que es fundamental que los niños compartan sus cosas. Los padres insisten para que sus hijos desde muy chiquitos sepan compartir. 
 
¿Es necesario enseñarles a compartir? ¿Compartimos los adultos?
 
Pensar en que nuestro hijo tiene que saber compartir nos resulta fácil y hasta obvio. No lo cuestionamos porque no le damos el mismo valor a sus objetos que a nuestras cosas. Los adultos minimizan el valor que tienen los juguetes para los niños, sin embargo estos son objetos muy preciados para ellos.
 
Como otras cuestiones durante la crianza, uno educa con el ejemplo. ¿Compartimos nuestras cosas de valor como ser nuestro celular o auto? Generalmente los adultos no prestan sus objetos de valor, y menos a extraños. Lo hacemos en pocas ocasiones a personas conocidas si estos nos explican la necesidad de su uso, y muy rara vez sucede que lo prestemos a un desconocido. ¿Nos gustaría que nos fuercen a entregarlo fácilmente restando el valor que tiene para nosotros? Seguramente no.
 
Sin embargo resulta muy fácil prestar lo ajeno, resulta muy fácil exigir a nuestro hijo a que entregue sus cosas. 
 
En reuniones sociales o en plazas vemos miles de situaciones donde los padres insisten y en ocasiones fuerzan a que su hijo preste un juguete. Es común que el niño se oponga y manifieste su disgusto llorando, con un berrinche o de la forma que encuentre para expresar su disconformidad. En estos momentos muchos adultos no dudarán en expresar que es un egoísta, que no sabe compartir, que es un malcriado, etc. ¿Por qué no pensamos que el niño está cuidando sus pertenencias como lo hacemos los adultos? 
 
También es necesario tener en cuenta la edad del niño. Los niños pequeños no tienen la capacidad para comprender lo que implica el compartir. 
 
Compartir es una habilidad social, los niños la adquieren naturalmente a cierta edad. A partir de los 2 o 3 años cuando comienzan a jugar con otros, buscan el contacto con otros niños y como parte de esta nueva experiencia comparten los juguetes. A partir de los 3 años tiene la edad suficiente para comprender que, un juguete compartido, puede ser más divertido y generar más juego, que un juguete para uno solo.

Como padres es importante que:
  • Comprendamos la importancia que tienen los juguetes para nuestros hijos.
  • Les expliquemos lo que implica prestar (que es por un tiempo y que luego se le devolverá) pero saber que dependiendo de la edad del niño quizás todavía no tenga la capacidad para comprenderlo.
  • Les preguntemos si quieren prestar.
  • Tengamos en cuenta la decisión del niño.
  • No los obliguemos a compartir. 
  • Tengamos algunas estrategias que facilitan que los chicos aprendan a compatir. Por ejemplo, promover el intercambio de juguetes.  Llevar juguetes de nuestros hijos si vamos a otras casas para facilitar el intercambio. 

Recordemos que es fácil prestar lo ajeno y que para nuestros hijos los juguetes tiene un valor muy importante.

miércoles, 1 de febrero de 2012

En sus Zapatos... Empatía y respeto con nuestros hijos


Para los adultos no es tarea fácil ponernos en los zapatos de los niños, comprender lo que realmente les ocurre. En general se les pide todo el tiempo que ellos entiendan, cuando se supone que somos nosotros los que ya tenemos la capacidad de comprensión. Por distintos motivos personales y sociales a los adultos les cuesta mucho ponerse en el lugar del niño, ver el mundo desde la visión infantil.
 
Poder empatizar con ellos nos va a guiar en muchos momentos de la crianza. 

¿QUE ES LA EMPATÍA? La empatía es una cualidad humana, que implica primero reconocer las necesidades y los sentimientos de otras personas y segundo, hacer algo para ayudarlas. Popularmente se conoce como la capacidad de “ponerse en los zapatos del otro”. Ser empático es tener la habilidad de captar lo que otra persona puede estar sintiendo o requiriendo. Es poder escuchar, comprender y sintonizarse con las emociones de los demás.

Por lo tanto como padres es importante que podamos:

1_ COMPRENDERLOS. Saber y reconocer las necesidades de nuestros niños. 
2_ RESPESTARLOS. Poder respetar lo que le ocurre. Respeto por sus tiempos. Respeto por sus necesidades. Respeto por sus limitaciones.
3_ ACOMPAÑARLOS. Guiarlos y brindarles lo que este necesitando en determinado momento o situación.

Lamentablemente muchas veces los adultos desde su visión no comprenden lo que le sucede al niño, desestiman o minimizan los motivos de lo que le ocurre. Realizarnos las siguientes preguntas propiciara que podamos comprender al niño y empatizar con él:

•- ¿Cómo me sentiría yo si me pasara lo que le sucedió?
•- ¿Me gustaría que me hicieran lo mismo?
•- ¿Qué me gustaría que hicieran por mí si yo estuviera en su situación?

Es fundamental ponernos en sus zapatos para poder dejarnos conmover por sus dolores, para poder sintonizar con ellos en sus momentos difíciles, para reconocer lo que pueden estar sintiendo, para legitimar sus malestares, para entrar en contacto directo y profundo con lo que les está pasando. 

Ponernos en sus zapatos para poder respetar a nuestros hijos con su individualidad y sus derechos. 

Es esencial comprenden la importancia que tiene esto para acompañar el crecimiento de nuestros niños. Si podemos empatizar con ellos, si podemos realmente dar cuenta de sus necesidades, nuestra forma de acompañarlos será mucho más beneficiosa y respetuosa para con ellos.