martes, 28 de abril de 2015

¿Por qué lloran los bebés? ¿Qué hacemos?



El llanto de los bebés es un modo de expresión. Cada vez que lloran algo nos quieren comunicar. 



¿Por qué lloran?

A veces lloran por alguna necesidad insatisfecha: hambre, frío, calor, sueño.

A veces lloran por necesidad de contacto. Durante los primeros meses los bebés necesitan sentirse contenidos y estar en contacto. El lugar donde se encuentran bien y satisfechos es en brazos, especialmente los brazos de su madre le brindan todo lo que necesita.

A veces lloran por algún dolor o malestar físico.

A veces lloran por estrés. El llanto es forma de descarga de tensiones y para procesar los nuevos estímulos que reciben durante el día. Muchas situaciones que para nosotros son cotidianas para ellos son nuevas y vivirlas les provoca estrés.

A veces lloran por cuestiones emocionales relacionadas a la fusión que tienen con su mamá los primeros meses de vida.

Varios son los posibles motivos de su llanto. Lo que podemos asegurar, es que sea cual sea el motivo, SIEMPRE que un bebé llora nos necesita.

¿Qué podemos hacer?

Siempre hay que escucharlos. El llanto es la única manera que tienen los bebés de manifestar su malestar. Siempre que llora algo le pasa, algo nos está queriendo decir. 

Siempre tenemos que atenderlos e intentar calmarlos. Aunque no sepa cuál es el motivo del llanto será importante brindarle sostén, tenerlo en brazos, nunca dejarlo que llore solo sino que se sienta contenido y acompañado en el malestar. 

Nunca debemos ignorar lo que le pasa a nuestros hijos. Si no atendemos al bebé cuando llora aprenderá que no es útil su forma de comunicarse. Primero intentará llorar con más desesperación para mostrar que está sufriendo. Luego si sigue sin tener respuesta a su pedido sabrá que sus padres no lo escuchan y dejará de llorar por resignación. Esto genera gran frustración, inseguridad y sentirá que él y lo que le sucede no es importante para sus padres. La idea de dejar llorar a los bebés para que se acostumbren no es sano para su desarrollo emocional.

Los bebés no nos manipulan, nos necesitan y nuestra función como padres es atenderlos.

Si tu bebé llora mucho y no sabes qué le pasa o cómo ayudarlo no dudes en ponerte en contacto.

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga especialista en maternidad, crianza e infancia.
Coordinadora de Dulce Crianza

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viernes, 17 de abril de 2015

Colecho: ¿Hasta cuándo? ¿Cómo finalizarlo?

Muchas mamás y papás optan por compartir la cama - colecho - con sus hijos. Algunos lo eligen como parte de un estilo de crianza, ya que el colecho es una de las características de la crianza con apego que facilita la lactancia materna y permite satisfacer la necesidad de contacto de los bebés durante la noche. Otras familias llegan al colecho por cansancio, por los despertares del bebé, porque el niño se pasa de cuarto, u otros motivos. 


Por decisión informada o porque esta realidad se impuso, algunas familias descubren que durmiendo juntos es la forma indicada para descansar mejor. 

Respecto al colecho y sus beneficios encontrarán escritos muchos artículos. En esta oportunidad me dirijo a quienes ya optaron por el colecho, y que con el pasó el tiempo sus interrogantes cambiaron. 

Los bebés se transforman en niños y con el crecimiento de ellos aparecen en los padres nuevos cuestionamientos. Muchos son las mamás y los papás que me escriben para consultar cuándo es el momento de finalizar el colecho, cómo realizar el cambio de habitación y cómo lograr que el niño duerma en su cuarto.

Comparto con ustedes algunas reflexiones al respecto.

¿Hasta cuándo colechar?

El momento para dejar de colechar y que el niño pase a dormir en su cuarto es algo subjetivo y que dependerá de una decisión familiar. El fin del colecho no está dado por una edad del niño, no hay un número objetivo que nos diga “hasta acá puede ser”. 

Madre, padre e hijos son parte de este cambio. Las necesidades o deseos pueden cambiar y como consecuencia cambian sus costumbres y acciones.

Como dijimos anteriormente, el colecho es una elección familiar y permite que toda la familia descanse mejor. Mientras esto “funcione” no hay porque modificarlo. 

Qué puede motivar el cambio: 

1) El niño manifiesta querer dormir en su cuarto. El “ideal esperable” por los papás es que éste momento esté determinado por el niño. Que llegue un día y diga “mamá, papá, quiero empezar a dormir en mi cama en mi cuarto”.  

2) Los padres observen que sería beneficioso para el niño comenzar a dormir en su cuarto. Son los que mejor conocen a su hijo y sabrán darse cuenta si su hijo está listo o si consideran que comenzar a tener su espacio será beneficioso para él. Algunos indicios están dados por cuestiones concretas, por ejemplo disminución de los despertares nocturnos y finalización de lactancia materna. También puede ser por cuestiones subjetivas como observar mayor independencia. 

3) La mamá, el papá o la pareja en conjunto consideren que es conveniente dejar de colechar por necesidades propias. Los motivos pueden ser variados. Así como la decisión de colechar tiene que ser una decisión familiar, modificar esto también lo es. Por lo tanto es necesario respetar los deseos de todos. 

En relación a estos tres grandes grupos podemos hablar de descolecho natural - descolecho respetuoso

Pensemos el paralelismo con la lactancia. En los casos que llega el final porque el niño no quiere tomar más, hablamos de un destete natural. Pero también hay mucho casos de que la mamá por diversos motivos quiere destetar y se busca la manera que este proceso sea respetuoso con el niño. 

El "descolecho natural" se daría en la primera situación descripta. Siendo el niño quien manifiesta su deseo de dormir en su cuarto. Que surja el interés desde el niño mismo implicará que está preparado y que el proceso fluirá con mayor naturalidad. Sin embargo, como mencioné, éste es un “ideal”, es posible pero no siempre ocurre o a veces sus tiempos no condicen con los de los padres.

El "descolecho respetuoso" sería en los casos de las opciones 2 y 3. Ya sea porque los padres consideren que el niño está preparado para realizar el cambio o porque sea una necesidad de ellos, el acento estará puesto en acompañarlos y darles seguridad para lograr construir SU nuevo espacio. 

Para que el proceso sea respetuoso la forma en que se realice será lo más importante a cuidar. Lo primero que debemos hacer es conversarlo con ellos y contarles la decisión. Es importante que se sientan parte activa del cambio, una opción es hacerlos participar de la preparación de su cuarto para que se adueñen de ese lugar. Quizás el cuarto ya estaba armado y hasta ese momento era un lugar para jugar. Será importante vincularlo con el momento del sueño, por ejemplo comprando algo elegido por ellos para la ocasión, como ser: sábanas nuevas, un velador, un muñeco, algún adorno. Generar juntos un lindo espacio para descansar.


Algunas cuestiones a tener en cuenta. 

Cambia el lugar pero no la rutina. Es importante en el momento que se realice el pasaje a su cuarto es mantener las costumbres y rutinas. Si siempre los acompañamos para que se duerman, le cantamos, le damos teta, los mimamos, esto no debe modificarse. Que cambie el lugar para dormir no implica que debería cambiar la forma con la cuál logran conciliar el sueño. 

El colecho es parte de la crianza respetuosa, pero la crianza respetuosa excede al colecho. El respeto estará dado por acompañar este proceso, darle tiempo para que construya como SU espacio ese nuevo lugar, que logre apropiarse de él y fundamentalmente que le genere seguridad. 

El respeto pasará por seguir acompañado sus despertares, ya sea yendo los adultos a su cuarto o permitiendo que en ese momento de la noche vuelva al nuestro.

Nunca forzarlos y tener paciencia.

Es importante que el proceso no coincida con otros sucesos vitales importantes en la vida de nuestro hijo, ya sea: nacimiento de hermanos, mudanzas, separaciones, inicio de escolarización, etc.

Podemos ser flexibles. La decisión no es hoy y para siempre. Podemos creer que es el momento, pero cuando lo llevamos a la práctica no resulta. Puede ocurrir que nuestro hijo se comience a despertar más, llora, se angustia, tiene pesadillas o comportamientos que nos demuestran que aún no está listo o que le está afectando el cambio. Deberemos volver a evaluar la situación, recordar qué motivo el pasaje y volver a reflexionar si sostenemos esta decisión y continuamos acompañándolo o aceptamos que no era el momento adecuado y postergamos el cambio para más adelante. 


Lo fundamental es CONFIAR. De la misma manera que CONFIAMOS en nosotros como padres y en nuestros hijos para optar por dormir juntos, confiar que sabremos cuándo y cómo será el momento para dejar de hacerlo. 

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga especialista en maternidad, crianza e infancia.
Coordinadora de Dulce Crianza.

En caso que quieras o necesites orientación sobre este u otro tema puedes contactarte conmigo. 
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Algunas experiencias de mamás que me han compartido como han realizado el proceso:

Hola Mariela. Quería contarte lo que estamos haciendo estos días, que tal vez te sirva para alentar a otros papás. Nuestra hija tiene un año y ocho meses. Ha pasado a dormir en su habitación propia. "Recién!!" dicen tantos jaja. Lo hemos hecho naturalmente, felices, sin llantos, protestas ni forzando situaciones. La verdad que estamos tan contentos! Y tanto que nos decían que no íbamos a poder dejarla nunca en su habitación. Le ofrecimos y aceptó gustosa. Sí, porque aunque no tiene dos años, sabe lo que quiere jaja. Yo la acompaño, algunas noches más, otras menos, pero en ningún momento ha querido volver con nosotros. Bueno, lo que quería decir es que se puede, más allá de lo que digan los demás. Tu familia es única, tus hijos son únicos. Gracias por acompañarnos en este proceso. Mariana


Hola Mariela: Gracias por tu espacio. Te cuento que finalmente no cambie de cuarto a Lautaro cuando nació su hermanita. Tus consejos fueron fundamentales en ese momento. Y recién ahora, casi dos años después le armamos el cuarto a ambos hermanos juntos. Estaban felices de que sea su habitación. Se duermen todas las noches ahí con nuestra compañía y a veces se pasa alguno a la noche. Estamos felices porque como se dio todo. Gracias por tus palabras. Romina


Hola Mariela. Te escribo nuevamente. Finalmente con mi pareja llegamos a un acuerdo. Por ahora esperaremos que Mica quiera dormir en su cuarto. Hemos intentando pasarla y se angustia muchísimo. Esto no pasa en las siestas. Duerme todas las siestas en su cuarto y seguimos compartiendo la cama durante la noche. Te recuerdo que tiene 8 meses, y sé que es pequeña aún, me di cuenta que me estaban influenciando mucho las opiniones de los demás. Nosotros disfrutamos de dormir juntos. Gracias por tu apoyo. Trinidad