sábado, 5 de noviembre de 2016

Los límites en la crianza... pero NUESTROS LÍMITES

Está por comenzar una nueva edición del TALLER VIRTUAL: "La comunicación de los límites", una actividad que ya contó con más de 450 participantes. Las mamás y los papás llegan a esta propuesta preocupados por “LOS LÍMITES”, por “CÓMO PONER LOS LÍMITES A LOS HIJOS”, "QUÉ LIMITES TRANSMITIR", muchas dudas e inquietudes en relación a LOS LÍMITES Y LOS NIÑOS. Sin embargo, se muestran muy movilizados en uno de los ejes del taller que invita a PENSAR LOS PROPIOS LÍMITES

Los límites son parte de la vida, no sólo de la infancia. Pensar en ellos implica ir más allá de los niños. Es importante que nos detengamos a pensar qué pasa cuando aparecen nuestros propios límites. Cuando nuestra paciencia comienza a agotarse, cuando estamos cansados, cuando tenemos muchas actividades y tareas que realizar, etc.

Pensar nuestros límites implica poder conocer lo que no permitimos, lo que no aceptamos, lo que no podemos. 

Reconocer nuestros límites nos permitirá establecer qué podemos permitir y qué no, en cada momento, nos facilitará el accionar frente a ciertas situaciones. 

Si nos damos cuenta que nos estamos cansando y que ya no tenemos paciencia para permitir ciertas cosas, tenemos que actuar antes que nuestros límites nos desbordenPodemos hablar con el niño, podemos pedir ayuda a otra persona, o alejarnos de la situación unos minutos para reflexionar.

Tener presentes nuestros límites va a hacer que no recaiga el problema en el niño. 

Una situación cotidiana: llegamos cansados del trabajo y nuestro hijo quiere jugar con nosotros. Él no entiende que llegamos de trabajar y tenemos que cocinar, acomodar, o realizar varias tareas domésticas. ¿Quién tiene que entender? ¿A quién “hay que poner el límite”? ¿Al niño, a las tareas del hogar, a las actividades laborales? ¿Qué elegimos limitar y qué priorizar? 





Aceptar que como adultos tenemos límites y no podemos 

con todo, por más que a veces lo intentemos, nos va a ayudar a establecer prioridades.





En los talleres participan muchas madres que trabajan muchas horas al día, por necesidad o por el motivo que sea, y siempre tratamos de transmitirles que a veces el problema no son las horas que trabajan, sino que cuando regresan a sus hogares tendrán que darle la atención a su hijo que tanto esperó para verlas. 

Nuestros límites y nuestros deseos muchas veces entran en conflicto con los deseos del niño. En algunas oportunidades las mamás y los papás tienen que “poner límites” a los deseos de los niños porque se encuentran con los propios límites u obligaciones.

Uno de los desafíos más grandes en la crianza de nuestros niños es ir estableciendo permanentemente un equilibrio entre los deseos de ambos. 

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga capacitada en primera infancia y crianza.
Coordinadora de Dulce Crianza





miércoles, 26 de octubre de 2016

“Destete natural y reflexiones sobre la crianza respetuosa” - Historias de mamás y papás en primera persona

Noelia nos comparte esta hermosa experiencia: 

"Quisiera compartir este proceso de “destete natural” que estoy viviendo. Mi hijo, que en unos días cumple 2 años, ha decidido que ya es tiempo de ir dejando la teta. Mi hijo, que hace no más de 2 meses tomaba teta como un “recién nacido” ya cree que es tiempo de dormirse solo.

Mi hijo, que se despertaba 2 o 3 veces por noche a pedir su teta, ya descubrió que se puede despertar y seguir durmiendo sin ella.

¿Cómo pasó? No lo sé, sí sé que mi hijo cambió. Que empezó a jugar con otros niños cuando antes no lo hacía, que cuando llegamos a algún lado no muy conocido puede entrar caminando, cuando antes iba upa y se enojaba. Que antes lloraba cuando nos íbamos y teníamos que dejarlo de los abuelos y hoy nos mira y nos saluda con un fuerte “tau tau” riéndose.

Yo creo que mi hijo tuvo todo lo que necesitó durante estos 2 años. Tuvo brazos las veces y el tiempo que quiso. Durmió siestas upa con mamá/papá/abuelos hasta que tuvo ganas. Tomo teta a libre demanda, sin tiempos, sin horarios. Duerme con papá y mamá y ahí se siente seguro, porque sabe que estamos a su lado para él. Mi hijo fue respetado, guiado y criado con amor durante estos 2 años. Tuvo y tiene los límites que necesita para crecer sanamente, pero también tuvo la independencia para explorar y descubrir el mundo.

Es feliz, es inquieto, es alegre, es colaborador, es aventurero, es cariñoso, es curioso, es un ser único lleno de vida, criado con todo el amor que se puede dar. Y hoy, él fue quien dijo que ya se podía seguir sin la teta.

Hoy estamos felices, porque queremos respetar sus tiempos, porque queremos que él deje lo que tenga que dejar cuando sienta que es el momento. Hoy fue la teta, mañana será el pañal o dejar de hacer colecho, no importa, lo que nos importa es que sea cuando él se sienta capaz de hacerlo, no cuando lo diga la amiga, la vecina el pediatra o la señora del supermercado. No, mi hijo es quien decide, él y solo él va a saber cuándo está preparado.

Lo quiero compartir porque como padres que practicamos la crianza respetuosa dudamos. Porque vamos a veces contra la corriente, porque cuando vienen las rachas de noches de desvelo nos preguntamos si estamos haciendo las cosas bien, y llegamos a la locura de dudar si dar tanto amor es bueno, de dudar si dar tanta teta, si está bien el colecho y tantas cosas que uno piensa.

Confiemos y disfrutemos. A pesar de todo, disfrutemos de nuestros hijos, que son mucho más sabios de lo que imaginamos.

Porque la crianza respetuosa es como una semilla, que se planta con mucha ilusión pero que sufre de lluvias de críticas, de vientos fuertes de opiniones, pero cuando sale el brote, ¡sí que es hermoso, sí que valió la pena!. Y eso que plantamos tiene unas raíces tan pero tan fuertes que trasciende generaciones, porque así será como traten nuestros hijos a los suyos o a sus sobrinos o a sus primos o a quien sea, porque la raíz va a quedar en ellos, no importa que elijan de sus vidas.

Dulce Crianza fue la primer página de crianza respetuosa que encontré. Fue un mes después de que naciera mi hijo, buscando soluciones para una lactancia que parecía ir al fracaso y que resurgió para seguir hasta casi 2 años .Gracias por llevarme a recorrer el camino de criar con respeto, de que se puede cambiar si sanamos nuestro niño interior y no repetimos patrones pensando que “a mí me criaron así y soy una persona de bien”.

Gracias, mi marido y yo hemos aprendido mucho durante estos dos años, hemos pasado noches hablando de nuestras infancias, de lo que no queremos repetir. Hemos llorado, también reído y nos hemos hecho más fuertes, para poder criar a nuestros hijos de otra forma, en base al amor y el respeto."

Gracias Noelía por compartir este relato hermoso.

Si sos mamá o papá y queres que se publique tu historia enviala a dulcecrianza@gmail.com

lunes, 3 de octubre de 2016

¿LA CRIANZA “CON APEGO” O RESPETUOSA ES SÓLO PARA HIJOS ÚNICOS?

Muchas mamás y papás relatan el alivio que sintieron al descubrir la crianza respetuosa  a los meses de tener a su primer hijo. Sienten que este estilo de crianza daba nombre a su instinto o intuición y los hace sentir acompañados por otras familias que comparten estos criterios. De esta manera va pasando el tiempo, van ganando confianza y recorren un camino de DISFRUTAR LA CRIANZA



Quienes eligen la crianza respetuosa o también llamada “con apego”, valoran la importancia del contacto, el responder inmediatamente a las necesidades de los hijos, no dejarlos llorar y brindarle sostén y brazos todo el tiempo que necesiten. 


¿Qué pasa cuándo llega el segundo hijo? ¿Qué pasa con la crianza "con apego" cuando son dos o más hijos los que demandan? ¿Y a la vez? 

En lo cotidiano muchas mamás y papás relatan las dificultades que esto implica. Lo que antes fluía luego se complica. Dar la teta a demanda, tener en brazos, colecho, compartir tiempo y juegos, ya no puede hacerse de manera tan simple. Esos principios que sostuvieron y el instinto que movilizaba durante toda la primera experiencia como mamás y papás ya no pueden ser llevados a cabo tan fácilmente. 

La realidad actual de la maternidad es que en la mayor parte del tiempo la mujer se encuentra sola y no cuenta con otras personas cercanas que las ayuden en la crianza.

Ellos son dos o más y nosotras una. En el día a día nos encontramos con varias oportunidades donde nuestros hijos demandan a la vez y nos obligan a tener que elegir y priorizar a uno mientras el otro deberá esperarnos. Eso nos hace sentir en falta con ellos y con el estilo de crianza elegido. Muchas mamás cuentan que estas situaciones las angustian y principalmente las hace sentir culpables. 

La mayor parte del día priorizamos las demandas del bebé y esperamos que el mayor entienda. Muchas veces éste se muestra colaborador pero en otras oportunidades nuestro hijo no puede ni quiere entender porque ya no tiene la prioridad. Está tan movilizado por la presencia de su nuevo hermano que nos muestra su gran enojo por su nueva realidad. Lo cuál también nos hace sentir mal porque sabemos que es el mayor pero sigue siendo un niño pequeño y nos sigue necesitando mucho. 

También hay veces que debemos hacer esperar al menor, porque el mayor aún nos necesita mucho, necesita que le preparemos la comida, que lo ayudemos a lavarse los dientes, que lo llevemos al jardín, etc, etc, etc. Y dedicarle estos momentos a veces sólo son posibles a costa del llanto del menor. 

Llantos o enojos… del menor o del mayor. A alguno no pudimos cumplirle lo que promulgamos del “RESPETO”, esto nos hace sentir solas, desbordadas, culpables y dolidas. 

Escucho a muchas mamás en el consultorio que sienten que algo perdieron al ser mamás del segundo, muchas mamás que vivían la maternidad con mucho placer, la disfrutaban y que todo fluía sienten que con la llegada del segundo todo esto se ha perdido, esto las angustia y se encuentran como en duelo por esa maternidad primera y por el cambio en la relación con su hijo mayor. 

Algunos testimonios:
Malena: “Siento que no viví la maternidad de la misma manera con ambos. Con Sol pude disfrutar plenamente de todo mi ser mamá, con ella todo fluía, la lactancia, el puerperio, su crianza, todo fue muy simple. Los primeros tres años de ser mamá realmente fueron de mucho disfrute. Y luego llegó Blanca que era una bebé muy demandante y a la vez su hermana que también demandaba se me hizo muy difícil poder responder a ambos y me angustiaba no lograrlo. La sentía muy lejos a Sol tan enojada con la nueva realidad y conmigo. Me dolía esa distancia y me frustraba no poder hacer mucho para acortarla. Por suerte había un entorno que me y la sostenía. Pero a mí me dolía sentir que habíamos perdido algo, que ya nuestro vínculo no era el mismo y había que reconstruirlo. Después del año de Blanca comenzamos a reencontranos nuevamente con Sol. Se me hizo muy difícil atender a los dos y disfrutar de esos momentos.” 

Romina: “Es muy fea la sensación de que a alguien siempre estas descuidando! Yo siento que todo lo que había logrado se cayo y hay que volver a reconstruir pero no sé como recuperar ese equilibrio” 

Luciana: “Aunque queramos ya sería imposible dedicarle las horas que le dedicamos al primero, al segundo hijo! Pero también los segundos nos encuentran mejor paradas como mamás, no?

Brenda: “Las demandas son muchas. Con el primero puede estar enteramente disponible... luego hay que dividirse. Agotador por momentos!!!” 

Ana: “El momento de dormir. Con la bebe hago colecho pero la mas grande duerme ya en su propia pieza y creo que para ella es difícil entender por que ella ya no puede estar durmiendo conmigo y la hermanita si. Hay muchos celos y siento que por momentos la descuido.” 

Natalia: "Estoy viviendo mi segundo puerperio y me está resultando muy complejo todo. Siento que estoy muy conectada y fusionada con la más chiquita y con mi hijo mayor me cuesta más empatizar."

Guadalupe: “ Yo estoy aprendiendo a hacer cosas con una sola mano... Atender a mi nena de 3 años y dar la teta a mi bebé de 2 meses, se torna un poco difícil por momentos, pero se que esta etapa dura poco. Por eso lo disfruto lo más que puedo” 

Luz: “Lo más difícil es atar los cordones de el del medio tiene 5 años jajaja obvio con mi beba de 5 meses en la teta o a upa. Eso resume mucho.”

¿LA CRIANZA RESPETUOSA O “CON APEGO” ES SÓLO PARA HIJOS ÚNICOS? Obviamente esta pregunta está hecha con humor. Quienes criamos de manera respetuosa no conocemos, no sabemos, ni podemos hacerlo de otra forma. Sin embargo, no es lo mismo con uno que con dos o más. Es una nueva historia, con momentos más fáciles y otros donde se nos complica sostener o hacer lo que quisiéramos. En esos momentos sentirnos culpables no nos ayuda, tenemos que saber que hacemos lo mejor que podemos con lo que tenemos.

Quizás no podremos sostener todos nuestros principios todo el tiempo pero sabemos que están de base. No es lo mismo que mi bebé llore unos minutos porque tengo que atender a su hermano que dejarlo llorar por considerar que nos está manipulando. 

Aún en los momentos que pensemos que no estamos siendo respetuosos porque nuestro hijo se enojo o porque lo dejamos llorar, en realidad sí continuamos siéndolo, porque lo que determina el respeto es como acompaño eso que le está sucediendo. Comprenderemos y acompañaremos ese enojo y ese llanto desde la empatía, este es el principal pilar de la crianza respetuosa. Ser conscientes de lo que queremos para nuestros hijos, cuestionarnos, estar atentos a ellos, será siempre nuestra guía. Quizás no podamos responder inmediatamente pero sabremos que siempre estaremos ahí con la intención de brindarle, antes o después, lo que necesita. 

Hay momentos de desborde que sentimos nunca se volverá a encontrar el equilibrio, pero si llegará... volveremos a fluir, volverá el disfrute, se logrará crear un nuevo equilibrio. 

Cuando son dos a más hijos todos se nutren por diferentes vías, de lo que le damos a cada uno, al otro y entre sí. Con uno, con dos o con muchos, siempre la prioridad la tiene el AMOR y ellos lo sienten.  

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga especializada en maternidad, crianza e infancia.

domingo, 2 de octubre de 2016

OCTUBRE - Nuevos Grupos de Crianza Virtuales




Un espacio para unirnos, para encontrarnos, para acompañarnos.

Muchas mujeres se sienten solas en este gran desafío cotidiano que es ser mamás. Estos grupos son una oportunidad para compartir la maternidad con quienes están transitando el mismo camino.

Los grupos de crianza con modalidad virtual intentan reproducir lo que ocurre en los grupos presenciales. Posibilita a quien por cuestiones de tiempo o distancia no puede formar parte en persona.

Están coordinados por psicólogas capacitadas en crianza. Los grupos se constituyen según la edades de los hijos: grupo para mamás con bebés hasta un año y medio y otro con hijos de 2 a 5 años. Solo 10 CUPOS disponibles por grupo.

Para mayor información contactate.

lunes, 29 de agosto de 2016

GRUPOS DE CRIANZA VIRTUALES - SEPTIEMBRE


Un espacio para unirnos, para encontrarnos, para acompañarnos.

Muchas mujeres se sienten solas en este gran desafío cotidiano que es ser mamás. Estos grupos son una oportunidad para compartir la maternidad con quienes están transitando el mismo camino.

Los grupos de crianza con modalidad virtual intentan reproducir lo que ocurre en los grupos presenciales. Posibilita a quien por cuestiones de tiempo o distancia no puede formar parte en persona. Están coordinados por psicólogas capacitadas en crianza.

Los grupos se constituyen según la edades de los hijos, grupo para mamás con bebés hasta un año y medio y otro con hijos de 2 a 5 años.

Solo 10 cupos disponibles por grupo.

Para mayor información contactate.

jueves, 4 de agosto de 2016

Lactancia real


Dar la teta es amor, es nutrir, es dar lo mejor de nosotras. Es alimentar a nuestros hijos física y emocionalmente. Dar la teta es placentero para la mamá y para el bebé. 
Dar la teta es maravillo eso ya lo sabemos, nos lo dicen, lo vivimos, nos lo muestra la carita de nuestro hijo cada vez que está en nuestro pecho. 
Pero a veces cuesta... a algunas les cuesta en los inicios, a otras en los finales. Cuesta en lo cotidiano. La lactancia a veces cansa, frustra, agota y se nos hace dura. 
Las noches se hacen eternas con los cientos de despertares, los días son agotadores con un bebé o niño que disfruta de la lactancia a libre demanda. 
Dar la teta es maravilloso y es lo mejor que podemos darle a nuestros hijos, sin embargo a veces cuesta. Al igual que la maternidad hoy hablamos de lactancias reales lejos de perfectas o ideales.
En la Semana Mundial de la Lactancia Materna queremos conocer tu experiencia ¿Querés compartir como viviste la lactancia de tus hijos?

jueves, 28 de julio de 2016

Propuestas virtuales - AGOSTO

GRUPOS DE CRIANZA VIRTUALES

Un espacio con frecuencia semanal para encontrarse con otras mamás con hijos de edades similares para compartir experiencias desde la comodidad de su hogar sin horarios establecidos.
Inicia 2 de agosto.




TALLERES VIRTUALES

"LA COMUNICACIÓN DE LOS LÍMITES" Y
"HERMANOS. CÓMO FAVORECER LA RELACIÓN".
Los talleres abordan temáticas que les preocupan a las mamás y los papás. Constan del envío de módulos con información sobre cada uno de los temas y la participación de un foro de intercambio entre los participantes.
Inician 10 y 24 de agosto.



TU ESPACIO DULCE CRIANZA
Un espacio de consulta individual para plantear tus dudas respecto a la crianza de tus hijos.


Para mayor información de las actividades contactate (recorda poner en el asunto la propuesta que te interesa).

Desde las diferentes propuestas de Dulce Crianza me ofrezco para acompañarlos en la crianza de sus hijos de la forma que cada familia considere.
Lic. Mariela Cacciola


miércoles, 6 de julio de 2016

Dos hijos, dos mundos.

Tengo dos hijos, conozco dos mundos.
Uno tomaba teta cada dos horas el otro cada 10 minutos.
Uno empezó a hablar a los 9 meses el otro a los dos años.
Uno se desteto a los dos años el otro a los 3 años y medio.
Uno comenzó a comer a los 6 meses el otro casi al año.
Uno se adaptó al jardín a los 3 años el otro a los 5.
Uno dejo los pañales a los 2 años el otro a los 3 y medio.
Uno siempre se expreso a través de la palabra el otro hacia intensos berrinches.
Cientos de ejemplos los diferencian.
Gracias a que en la crianza no hay recetas ni tiempos exactos porque de lo contrario tanto ellos como nosotros lo hubiéramos pasado muy mal.
La única guía está en cada uno de nuestros hijos. En observarlos y aprender a confiar en el camino que ellos nos muestran y nosotros acompañamos a transitarlo.

Lic. Mariela Cacciola
Datos de contacto

lunes, 4 de julio de 2016

Carta luego de un berrinche


Mamá y papá:



"No soy malo, no lo hago apropósito. Simplemente no lo puedo evitar. No se cómo controlar mi enojo.


Si pudiera les diría que estoy muy enojado, les explicaría lo que me frustro, pero no puedo decirlo, no sé cómo se hace. No encuentro otra forma que hacer lo que ustedes llaman “Berrinche”. No puedo explicarte mejor lo qué me pasa.


Vos lo llamas berrinche y te enojas. Yo lo estoy pasando mal y no sé de qué forma decírtelo.

Estoy creciendo y aprendiendo que puede elegir, pero no entiendo porque no lo puedo hacer todo el tiempo.


Todos me dicen que estoy grande, en el jardín me dicen que no tengo que tomar en mamadera, que ya estoy grande para lavarme solo las manos y para ir al baño, no paran de decirme que estoy grande. Pero no entiendo porque no me dejas tomar en vasos de vidrio, no entiendo porque no puedo subir solo las escaleras mecánicas, no entiendo porque no puedo cruzar la calle sólo. Si me dicen que ya soy grande. No entiendo para qué cosas sí soy grande y para cuáles no.



Cuando no puedo hacer algo que quiero, cuando no puedo elegir, cuando no me dejan intentarlo, me enojo mucho y no sé cómo decirlo. Mi enojo es tan grande que lloro fuerte, y sé que hasta a veces grito y pego. Sé que no está bien te pido disculpas por eso. 


Recuerden cuando hago un berrinche es porque estoy enojado, estoy frustrado y aún no puedo explicar de otra forma lo que me pasa. Quizás ahora vos si podes entender lo que ya aún no logro y ayudarme mejor en ese momento. 

No te enojes, no me grites, no me ignores. Hablame, distraeme, hace que piense en otra cosa y me olvide de eso que tanto me molesto. 

Les prometo que ya pronto pasará, miéntras tanto abrazame". 


"Quiéreme cuando menos lo merezca, 

porque será cuando más lo necesite."


Si entendemos que nuestro hijo cuando hace un berrinche no sabe como manejar ese enojo. Que no tiene los recursos para expresar todo lo que siente.
Si pudiéramos entender que no es un caprichoso. Que no lo hace contra nosotros.
Si pudiéramos entender que lo pasa mal seguramente lo logremos acompañar. 
Él es el niño... nosotros los adultos. Su berrinche nos frustra y nos enoja. Pero nosotros si tenemos y debemos tener recursos para lograr manejar nuestras emociones. 
Si logramos ponernos en su lugar y comprender sus emociones seguramente podremos acompañarlo.

Estos son los pilares del TALLER VIRTUAL "La Comunicación de los Límites". Nueva fecha de inicio 14 DE NOVIEMBRE. Para obtener mayor información contactate.


Lic. Mariela Cacciola
Datos de Contacto









© Todos los derechos reservados. Este documento no puede ser reproducido, total o parcialmente, sin mencionar la fuente.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Hoy no es siempre...


Es una tarea diaria en la crianza de los hijos poder establecer prioridades, lo cual implica cotidianamente resignar algo.
Hay días qué esto es más sencillo y fluye.
Qué una lo tiene más claro.
Qué sabe cuál es el eje que guía las elecciones y no se generan conflictos.
Pero hay otros días que cuesta más.
Qué lo que una está resignando tiene más valor
que en otro momento.
Ese día se necesita algo que choca con las prioridades establecidas.
Qué difícil es en esos días poder lograr el equilibrio.
Que difícil es a veces que no duela lo que resignamos.
Hay días que necesitamos que nos digan, 
paciencia todo pasa, hoy no es siempre.Así es el desafío de la maternidad.
Hay días que tenemos que hacer grandes esfuerzos para sostenernos y otros donde todo fluye naturalmente.

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga capacitada en maternidad, crianza e infancia.
Coordinadora de Dulce Crianza

miércoles, 6 de abril de 2016

FRAGMENTOS DEL CONSULTORIO. HOY: Berrinches que gritan: “Mamá te extrañe”

Desde hace algunos meses comencé a publicar HISTORIAS DE MAMÁS Y PAPÁS EN PRIMERA PERSONA, a partir de hoy una nueva sección donde compartiré fragmentos de consultas que me realizaron en forma particular. Las publicaciones serán en forma anónima y con el consentimiento de los consultantes. 

HOY: Berrinches que gritan: “Mamá te extrañe”
Hace unos días atendí en mi consultorio a una mamá y un papá muy preocupados por los grandes berrinches de su nene de dos años y medio (lo vamos a llamar Matías). Conversamos mucho sobre porqué ocurren los berrinches, en que situaciones aparecen, y cómo acompañarlos. También intentamos descubrir si algo le estaba afectando para que esto sean tan intensos. 

La mamá de Matías es pediatra, su trabajo consiste en realizar guardias de 24 horas dos veces por semana, por lo tanto esos días Matías no la ve por casi un día y medio. A medida que transcurría la consulta registramos que los peores berrinches de él se dan durante la tarde que se reencuentra con su mamá. Mientras ella trabaja Matías se queda muy bien y sin conflictos con su papá, con su abuela y concurre al jardín. Sin embargo en el momento que se encuentra con su mamá alguna situación siempre dispara el enojo que siente por no estar con ella todos los días.  Con esos berrinches Matías nos muestra cuánto la extraña cuando trabaja. 

Uno de los objetivos de la consulta fue pensar juntos estrategias para que Matías extrañe menos a su mamá, pensamos varias. A los dos días de la consulta la mamá me escribe contándome que pusieron varias estrategias en práctica y que Matías está mucho mejor. 


Una de las herramientas que fue de más utilidad es este CALENDARIO. Lo crearon juntos. En el mismo dibujaron como son cada uno de los días de la semana, los días que comparten, los que la mamá trabaja, los que él va al jardín, y los que comparten toda la familia. 

Escucharlos y acompañar lo que les sucede a nuestros hijos es la gran tarea de la CRIANZA RESPETUOSA y el gran desafío de mi labor es acompañar a las mamás y papás en los momentos que necesitan una brújula en ese camino.

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga especializada en Maternidad, Crianza e infancia.
Datos de contacto

martes, 2 de febrero de 2016

"MAMÁ ESTÁ CANSADA" - Historias de mamás y papás en primera persona

Les recomiendo dedicar 3 minutos para leer este hermoso relato de Analía, una mamá que participa en el grupo de crianza virtual de Dulce Crianza. 


"¡Hola! ¡Buen martes! Hoy me pasó algo con Julia a la mañana y me dieron ganas de escribirlo. Hace mil años que no escribo, me pareció algo raro y especial que me den ganas tan de repente, así que lo comparto. Quizás se sientan indentificadas, ¡les mando un abrazo a todas!!!!!
Se despierta y llora. Hago el movimiento automático de todas las noches, dormida: almohada bajo el brazo, remera arriba, teta. Toma. Cierro los ojos y trato de seguir durmiendo; por favor, por favor que duerma un rato más. Pasa el tiempo y termina; rola para la izquierda y vuelve a llorar. Nononono y ¿ahora por qué llora? ¿Será la fiebre que tuvo estos días? ¿La diarrea? ¿Un pedo? ¿Le duele la panza otra vez? No sé. Estiro una mano. No es fiebre. La abrazo, shhhhh shhhh, tranquila Julia, acá está mamá, hacé noni noni. Que duerma, Dios, un rato más. ¿Cuántas veces me desperté anoche? No sé, mejor no saber, esos cálculos son peligrosos. Ya no me acuerdo cuál fue la última vez que dormí de corrido.
No quiere el abrazo ni seguir durmiendo, quiere sentarse en la cama. Ok, que se siente. Hace sonidos de protesta. Miro el celular: 9:36. No es tan temprano, pero no doy más. Ufffff cómo hago para levantarme. No puedo abrir los ojos. Hago el esfuerzo y pispeo qué hace. Está haciendo fuerza. Está cagando. Puta madre, voy a tener que cambiarla. Justo ahora, cuando podía quedarme 1, 2, 3 minutos más, un ratito, un ratito nomás… 
Bueno. Por ahí me equivoqué y no es caca, por ahí no cagó. Y me ilusiono con que siga durmiendo. Vislumbro posibilidades hermosas e irreales, las 11, las 12 del mediodía, aah, qué lindo. La traigo para mi lado y la abrazo otra vez. El olor es indiscutible; tengo que cambiarla. Mejor que espere un rato. 2 minutos. Me doy vuelta y la dejo sentada al lado mío. Otra vez protesta. Quiere salir de la cama, ¿cuánto hace que me está esperando? ¿Cuánto hace que digo 2, 3 minutitos más y sigo recostada?
Me siento. Me mira. Mamá está dormida, Julia. Mamá está cansada, le digo. Agarro el bolso, cambiador, toallitas, un pañal. La acuesto. Le saco la ropa y analizo la cantidad de caca para calcular toallitas y dificultad de la operación. Bien, no volvió a hacer colitis. Bastante sólido, bien, bien, está mejorando. La limpio y me sigue mirando. Está esperando que le hable como todas las mañanas en el cambio de pañal. Está esperando la fiestita mañanera (¿Vamos a cambiar ese pañal? Uuuuh ¡cuánta caca!!! Uuuuh pero qué colita tan linda, ¿y esa pancita? Un beso a la pancita). Pero mamá está callada, ¿por qué mamá no habla? Mamá tiene sueño, Julia, hoy no hay fiestita. Termino y le busco un short. Bueno, listo, ya estás limpita, ahora podés ir a jugar. ¿Querés ir a jugar?
La llevo al living y al piso de goma eva. La siento alrededor de un revoltijo de juguetes, libritos y muñecos. Veo la comidita de juguete desparramada en frente de ella. Mini cucuruchos, platitos, tortitas, latitas de sopa, matecido con bombilla, tenedorcitos… Lo junto, mejor esto se lo saco, a ver si se clava la bombilla o se come una bochita de helado. Puteo por dentro al papá que dejó todo tirado la noche anterior, ¿por qué papá nunca guarda los juguetes? Después me puteo a mí misma por no poder sacudirme el miedo a que se atragante con algo de todo eso. Bueno, Julia, te quedás acá jugando un cachito, mamá se va a recostar unos minutos más porque está cansada.
Me llevo el tupper de comidita de juguete y me voy a la pieza, que está al lado del living. Dejo la comidita en el colchón y me zambullo en la cama boca abajo. Después me hago un rulo. No me voy a dormir, ya lo sé (no me puedo dormir), pero por lo menos cierro un poco los ojos. 1, 2, 3 minutos más. Y fantaseo. Por ahí juega sola media hora, 40 minutos, y yo me vuelvo a dormir y me levanto reconfortada. Por ahí duermo mucho y cuando me levanto tiene 18 y va a la universidad. No, mejor no, no quiero perderme tanto.
Escucho un ruido y sé que me vino a buscar a la pieza. Julia, mamá está acostada. Dejala a mamá descansar un cachito más. Me mira y apoya las manitos en el colchón. En una trae una pava de plástico. La pava se la dejé porque esa no se la puede tragar.
Y vuelve a protestar. ¿Qué querés, Julia? Mamá ya te cambió, estás limpita, podés ir a jugar con un montón de cosas. Pero ella quiere estar conmigo. Agita las manitos y sé que quiere que la suba a la cama. Por qué por qué por qué, cómo es esto de no tener un minuto en paz. Me incorporo y la subo. Me hace un mini llantito. ¿Qué pasa, querés teta? La teta, mi modo de conseguir unos ratos de descanso durante el día. Bueno, a ver. Dale. Abrí la boca. No, más grande la boca, Julia. Nono, ¡me hacés mal así, más grande!! Estos dientes putos que no le salen más. Desde que le salen los dientes toma teta raro. Con la boca más cerrada. Todo el tiempo le pido que abra más la boca para que no me lastime. ¡¡Julia, GRAAAAAAANDE!!! Me mira con cara de llanto y se recuesta en mi pecho. No va a tomar teta, la reté mucho. La cagué, cagué mi micro momento de descanso matutino.
Bueno, sshhhh shhh. Le hago caricias. Mamá tiene sueño. Por eso está de mal humor. Se sienta. Ve el tupper lleno de comidita de juguete. ¿Por qué dejé ese tupper ahí? Saca toda la comidita, está contenta. La comidita de cuando yo era chica, que estuvo guardada en lo de mi mamá y ahora usa ella. Me doy vuelta para el otro lado y le doy la espalda. Quiero dormir, por Dios, quiero dormir, quiero dormir hoy, mañana y pasado, quiero dormir toda la semana, quiero dormir un mes entero. La siento toquetear cosas, abrir y cerrar azucareras, pegar y despegar cucuruchos y bochitas de helado. Me doy vuelta y hago mi protesta. No es para ella, es un grito al cielo, un grito a la sociedad, un grito a la vida. “A veces me canso Julia, me canso de ser mamá, me canso de estar todo el día cuidando, atendiendo, mirando, jugando, me canso Julia, ¡¡A VECES ME CANSO DE SER MAMÁ TODO EL TIEMPO!!!!!” No la miro. Ella no me contesta, sigue jugando. Cierro los ojos y pienso. Bueno, me tengo que levantar. Empezar la rutina de todos los días. El pañal ya lo cambié, ahora hay que hacer el desayuno. Hacerle el matecocido con leche en su vasito de Doctora Juguetes, que tiene bombillita. Calentarle la tostada, porque ella desayuna tostadas como mamá. Darle una Okebón mientras preparo la bandeja para llevar al living. Porque no desayunamos en la mesa, desayunamos jugando. Mirando libritos, encastrando cosas. La imagino alcanzándome el libro del pingüino para que se lo cuente mientras me como la tostada. “Acá está el pingüino en la montaña, con el iglú. Acá está el pingüino con el muñeco de nieve. Acá está el pingüino con globos, volando por el cielo, ffffffffuuuuuu, vuela el pingüino, vuela así.” Me lo sé de memoria. Tiene 50 libros e irremediablemente siempre vuelve al del pingüino. Y sus caritas mientras le cuento, las mismas que le pongo yo todo el día, que ya aprendió a imitar. Cara de asombro, cara de contenta, cara de “¡bravo!”, cara de “ahí tá”.
Hay que empezar. De alguna forma hay que empezar. Porque no se suspende el ser mamá, nunca. No te podés tomar un día libre. Abro un ojo. Tiene un cucurucho en la mano y le está pegando la bochita de helado. Me mira. Despega la bochita y hace que come. Hace que come el cucurucho. Hace soniditos de masticar y todo, y pone la boquita en U, como que está comiendo. ¿Está jugando a comerse un cucurucho? ¿Cuándo aprendió eso? ¿Ya sabe comer comida de juguete? Pero si tiene un año y cuatro meses. Pero si hace nada más 10 días que le di esos juguetes y me vio comer de mentira toda esa comida. Nunca pensé que lo iba a aprender tan rápido. La sigo mirando y sigue haciendo que come el cucurucho, pega y despega la bochita, y come. Es tan linda. ¿Cómo tuve una hija tan linda? Tan hermosa, con esa boquita en U, haciendo que come. Se está comiendo un heladito. Es tan tierna. Tan buena. Tan mía.
“¿¿Ooooooh te estás comiendo el cucurucho???!!! ¡¡Muy bien!!!!” 
“¡¡¡Qué rico ese cucurucho!!! Ñom ñom ñom ñom, qué ricoooo.” 
“¿A ver, cómo come la nena? Esooooo, ¡¡excelente!!!!” 
“¿Vamos a hacer el desayuno, Julita? Dale, que tenemos que tomar el matecocido con leche, comer las tostadas, una galletita...”
Me mira y sonríe. Está contenta. Volvió mamá, la de siempre."

Gracias Analía por compartir este relato, tan verdadero y cotidiano.
Si sos mamá o papá y queres que se publique tu historia enviala a dulcecrianza@gmail.com