lunes, 31 de agosto de 2015

POR FAVOR NO LAS CRITIQUES....


Si conoces una mamá que amamanta de forma prolongada no la critiques.
Sólo las mujeres que han amamantado por horas y horas, de días y noches, durante meses y meses, saben lo que implica. 
Sólo ellas saben lo que es poner el cuerpo para lograrlo.
Sólo ellas saben del cansancio físico y emocional que implica responder a esa demanda. 
Sólo ellas saben que cada noche sin dormir las hacen pensar en destetar pero la lucidez del día les permite esperar que llegue el momento.
Sólo ellas escuchan en silencio que continúan porque lo disfrutan más que sus hijos.
Sólo ellas saben lo que sus hijos las necesitan. 
Sólo ellas pueden poner de lado, por un momento, sus propias necesidades para atender las de sus hijos. 
Por favor no las critiques... Sólo ellas saben cuánto necesitan que las entiendan y acompañen!

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga especialista en maternidad, crianza e infancia.
Datos de contacto

miércoles, 26 de agosto de 2015

Los niños se pueden equivocar...

Es algo tan simple y sin embargo muchas veces como adultos no lo permitimos. 


Pensemos cómo nos sentimos como adultos cuando nos equivocamos, cuando realizamos algo mal en nuestro trabajo, cuando cometemos un error involuntariamente. Nos da bronca, nos frustramos, y nos gustaría que nunca más nos pase. 

Imaginen que si sumado a lo que sentimos, nos gritan, nos castigan y nos ponen en penitencia. 

Los niños se pueden equivocar... tenemos que permitírselo y ayudarlos a resolver juntos la situación.

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga capacitada en maternidad crianza e infancia

lunes, 17 de agosto de 2015

¿Por qué pegan los niños?

Muchas mamás y papás se preocupan al ver que su hijo pega. No entienden por qué lo hace ni qué hacer para evitarlo.



Hay una edad que es normal que los niños peguen. Hasta los dos o tres años cuando aún no tienen la herramienta de la palabra para lograr expresar lo que les sucede, lo hacen desde lo corporal. Su herramienta de expresión es el cuerpo. Entonces en situaciones de enojo, frustración o malestar frente a la incapacidad de expresarse desde lenguaje utilizan el cuerpo, dando por resultados los golpes. 

Muchas son las vivencias cotidianas que les generan frustración y enojo. También hay momentos en la vida de un niño más complejos como la llegada de un hermanito, el inicio de la escolarización, acontecimientos importantes familiares que les producen grandes frustraciones y manifiestan con golpes su malestar.


Las peleas entre niños se dan al mismo tiempo que están aprendiendo a sociabilizar, a compartir con otros y a jugar con otros. Es un proceso que lleva tiempo y tiene un costo emocional, debido a que el niño debe lograr descentrarse de sí mismo para vincularse eficazmente con otros. Desde la mirada del adulto quizás no comprendamos el estrés que le generan estos momentos. El proceso de aprender a estar con otros los enfrenta a situaciones complejas de resolver.



A medida que van creciendo y consolidando su lenguaje podrán expresar lo que les sucede sin tener que usar el cuerpo. Mientras tanto debemos acompañarlos en ese camino. ¿De qué manera?

Primero ser empáticos con ellos, entender que si pegó algo le sucedió y algo le generó malestar. Luego es importante validar el sentimiento y ayudarlo a resolver la situación. 

Por ejemplo: Nuestro hijo pegó luego de forcejear por un juguete con un amigo quién no le quiso prestar el objeto. En ese momento nosotros podemos reconocer el enojo porque no le quisieron prestar el juguete y ayudarlo a resolver la situación, por ejemplo creando un acuerdo con los niños o buscando otra cosa en la que encuentre interés. 

Es muy importante tener en cuenta que no alcanza decirles que NO DEBEN PEGAR, los debemos ayudar a encontrar otras formas de vincularse y de descargar su frustración. Algo que los ayudará es habilitarles lugares apropiados para realizar la descarga de su enojo. 

Si nuestro hijo nos quiere pegar o le quiere pegar al hermanito porque está enojado, no limitarnos a decirle que no se pega porque duele, sino otra opción es decirle que a nosotros nos duele que nos pegue pero que si está enojado y quiere pegar, podemos buscar un lugar donde SI pueda hacerlo, por ejemplo a un almohadón. Otras opciones de descarga pueden ser romper papeles o dibujar “el enojo”. Esto permitirá que el niño se sienta comprendido, se libere del malestar e incluso se transforma en juego algo que era inadecuado o conflictivo. 

De esta manera, lejos de negar lo que le sucede al niño, se lo acompaña a reconocer sus sentimientos y descargar su malestar.

La etapa en que los niños pegan pasa con el crecimiento, es importante como mamás y papás poder acompañarlos de la mejor manera y ayudarlos a resolver los conflictos con otras herramientas. 

Alrededor de los 4 o 5 años los niños ya cuentan con otras estrategias frente a las situaciones que le generan malestar y frente a sus frustraciones. Si aún continúan pegando será un desafío para los padres lograr comprender que le está sucediendo y cómo ayudarlo a resolver. Los invito a leer el artículo "Tu hijo se porta mal… tu hijo te desafía". 

Encontrar estrategias para acompañar a los hijos en sus frustraciones es uno de los temas centrales en el TALLER VIRTUAL: “La Comunicación de los Límites”

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga especialista en Maternidad, Crianza e Infancia
Coordinadora de Dulce Crianza
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miércoles, 12 de agosto de 2015

Esos días de mamá “agotada”, mamá “ogro”, mamá “bruja”

Dedicado a todas las mamás que me escriben en esos días que sienten que no pueden más.

Esos días que la mamá “agotada”, la mamá “ogro”, la mamá “bruja” o como quieran llamarla aparece y se nos impone. 
Esos días o momentos que no podemos evitar desbordarnos. No podemos responder tranquilas. No podemos no gritar. No podemos mantener el equilibrio. 
Esos días que sentimos que no podemos más. Que yadimos todo lo que tenemos para dar. Que cada demanda nos invade y nos agobia. 
Esos días que sólo queremos salir corriendo y escapar.Que nuestros fantasmas nos dominan. 
Esos días en que nos gobierna el cansancio y la soledad es su aliada.
Esos días que cuando pasan nos dejan una sensación amarga, de tristeza y de culpa. No queremos ser así pero lo fuimos. No pudimos tener el control sobre nosotras. 
Debemos saber que esos días terminan y volverán los otros que disfrutamos. No nos castiguemos por esos días, nos hacen mamás normales y no super mujeres. 
Esos días sanan con todos los otros que fluimos amorosamente. 

Lic. Mariela Cacciola
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