lunes, 3 de octubre de 2016

¿LA CRIANZA “CON APEGO” O RESPETUOSA ES SÓLO PARA HIJOS ÚNICOS?

Muchas mamás y papás relatan el alivio que sintieron al descubrir la crianza respetuosa  a los meses de tener a su primer hijo. Sienten que este estilo de crianza daba nombre a su instinto o intuición y los hace sentir acompañados por otras familias que comparten estos criterios. De esta manera va pasando el tiempo, van ganando confianza y recorren un camino de DISFRUTAR LA CRIANZA



Quienes eligen la crianza respetuosa o también llamada “con apego”, valoran la importancia del contacto, el responder inmediatamente a las necesidades de los hijos, no dejarlos llorar y brindarle sostén y brazos todo el tiempo que necesiten. 


¿Qué pasa cuándo llega el segundo hijo? ¿Qué pasa con la crianza "con apego" cuando son dos o más hijos los que demandan? ¿Y a la vez? 

En lo cotidiano muchas mamás y papás relatan las dificultades que esto implica. Lo que antes fluía luego se complica. Dar la teta a demanda, tener en brazos, colecho, compartir tiempo y juegos, ya no puede hacerse de manera tan simple. Esos principios que sostuvieron y el instinto que movilizaba durante toda la primera experiencia como mamás y papás ya no pueden ser llevados a cabo tan fácilmente. 

La realidad actual de la maternidad es que en la mayor parte del tiempo la mujer se encuentra sola y no cuenta con otras personas cercanas que las ayuden en la crianza.

Ellos son dos o más y nosotras una. En el día a día nos encontramos con varias oportunidades donde nuestros hijos demandan a la vez y nos obligan a tener que elegir y priorizar a uno mientras el otro deberá esperarnos. Eso nos hace sentir en falta con ellos y con el estilo de crianza elegido. Muchas mamás cuentan que estas situaciones las angustian y principalmente las hace sentir culpables. 

La mayor parte del día priorizamos las demandas del bebé y esperamos que el mayor entienda. Muchas veces éste se muestra colaborador pero en otras oportunidades nuestro hijo no puede ni quiere entender porque ya no tiene la prioridad. Está tan movilizado por la presencia de su nuevo hermano que nos muestra su gran enojo por su nueva realidad. Lo cuál también nos hace sentir mal porque sabemos que es el mayor pero sigue siendo un niño pequeño y nos sigue necesitando mucho. 

También hay veces que debemos hacer esperar al menor, porque el mayor aún nos necesita mucho, necesita que le preparemos la comida, que lo ayudemos a lavarse los dientes, que lo llevemos al jardín, etc, etc, etc. Y dedicarle estos momentos a veces sólo son posibles a costa del llanto del menor. 

Llantos o enojos… del menor o del mayor. A alguno no pudimos cumplirle lo que promulgamos del “RESPETO”, esto nos hace sentir solas, desbordadas, culpables y dolidas. 

Escucho a muchas mamás en el consultorio que sienten que algo perdieron al ser mamás del segundo, muchas mamás que vivían la maternidad con mucho placer, la disfrutaban y que todo fluía sienten que con la llegada del segundo todo esto se ha perdido, esto las angustia y se encuentran como en duelo por esa maternidad primera y por el cambio en la relación con su hijo mayor. 

Algunos testimonios:
Malena: “Siento que no viví la maternidad de la misma manera con ambos. Con Sol pude disfrutar plenamente de todo mi ser mamá, con ella todo fluía, la lactancia, el puerperio, su crianza, todo fue muy simple. Los primeros tres años de ser mamá realmente fueron de mucho disfrute. Y luego llegó Blanca que era una bebé muy demandante y a la vez su hermana que también demandaba se me hizo muy difícil poder responder a ambos y me angustiaba no lograrlo. La sentía muy lejos a Sol tan enojada con la nueva realidad y conmigo. Me dolía esa distancia y me frustraba no poder hacer mucho para acortarla. Por suerte había un entorno que me y la sostenía. Pero a mí me dolía sentir que habíamos perdido algo, que ya nuestro vínculo no era el mismo y había que reconstruirlo. Después del año de Blanca comenzamos a reencontranos nuevamente con Sol. Se me hizo muy difícil atender a los dos y disfrutar de esos momentos.” 

Romina: “Es muy fea la sensación de que a alguien siempre estas descuidando! Yo siento que todo lo que había logrado se cayo y hay que volver a reconstruir pero no sé como recuperar ese equilibrio” 

Luciana: “Aunque queramos ya sería imposible dedicarle las horas que le dedicamos al primero, al segundo hijo! Pero también los segundos nos encuentran mejor paradas como mamás, no?

Brenda: “Las demandas son muchas. Con el primero puede estar enteramente disponible... luego hay que dividirse. Agotador por momentos!!!” 

Ana: “El momento de dormir. Con la bebe hago colecho pero la mas grande duerme ya en su propia pieza y creo que para ella es difícil entender por que ella ya no puede estar durmiendo conmigo y la hermanita si. Hay muchos celos y siento que por momentos la descuido.” 

Natalia: "Estoy viviendo mi segundo puerperio y me está resultando muy complejo todo. Siento que estoy muy conectada y fusionada con la más chiquita y con mi hijo mayor me cuesta más empatizar."

Guadalupe: “ Yo estoy aprendiendo a hacer cosas con una sola mano... Atender a mi nena de 3 años y dar la teta a mi bebé de 2 meses, se torna un poco difícil por momentos, pero se que esta etapa dura poco. Por eso lo disfruto lo más que puedo” 

Luz: “Lo más difícil es atar los cordones de el del medio tiene 5 años jajaja obvio con mi beba de 5 meses en la teta o a upa. Eso resume mucho.”

¿LA CRIANZA RESPETUOSA O “CON APEGO” ES SÓLO PARA HIJOS ÚNICOS? Obviamente esta pregunta está hecha con humor. Quienes criamos de manera respetuosa no conocemos, no sabemos, ni podemos hacerlo de otra forma. Sin embargo, no es lo mismo con uno que con dos o más. Es una nueva historia, con momentos más fáciles y otros donde se nos complica sostener o hacer lo que quisiéramos. En esos momentos sentirnos culpables no nos ayuda, tenemos que saber que hacemos lo mejor que podemos con lo que tenemos.

Quizás no podremos sostener todos nuestros principios todo el tiempo pero sabemos que están de base. No es lo mismo que mi bebé llore unos minutos porque tengo que atender a su hermano que dejarlo llorar por considerar que nos está manipulando. 

Aún en los momentos que pensemos que no estamos siendo respetuosos porque nuestro hijo se enojo o porque lo dejamos llorar, en realidad sí continuamos siéndolo, porque lo que determina el respeto es como acompaño eso que le está sucediendo. Comprenderemos y acompañaremos ese enojo y ese llanto desde la empatía, este es el principal pilar de la crianza respetuosa. Ser conscientes de lo que queremos para nuestros hijos, cuestionarnos, estar atentos a ellos, será siempre nuestra guía. Quizás no podamos responder inmediatamente pero sabremos que siempre estaremos ahí con la intención de brindarle, antes o después, lo que necesita. 

Hay momentos de desborde que sentimos nunca se volverá a encontrar el equilibrio, pero si llegará... volveremos a fluir, volverá el disfrute, se logrará crear un nuevo equilibrio. 

Cuando son dos a más hijos todos se nutren por diferentes vías, de lo que le damos a cada uno, al otro y entre sí. Con uno, con dos o con muchos, siempre la prioridad la tiene el AMOR y ellos lo sienten.  

Lic. Mariela Cacciola
Psicóloga especializada en maternidad, crianza e infancia.

3 comentarios:

  1. Realmente hermoso, hay muchos momentos en donde además de sola te sentís incapaz, frustrada y un poco culpable... Porque ves al mas grande y pensás que si habrás tomado una buena decisión de dividir su espacio. Cuando estaba embarazada del segundo sentía mucha inquietud de saber cómo iba a hacer para dividir mi amor. Amaba tanto a mi hijo y no sabía cuánto podía compartir de ese Amor. Ahora el más grande tiene 4 y el menor 18 meses. Ellos se aman y miro atrás y me doy cuenta de que realmente todo pasa, es una etapa y de a poco todo fluye de nuevo... Tengo 27 años, mamá de dos y creo firmemente en la crianza con apego y respeto... Aún si hay que ir en contra de la corriente!

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  2. Que linda nota, tranquilizadora...Tengo solo una hija pero todo el mundo me dice que el día que llegue un hermanito me voy a guardar todas las teorias y apego en el bolsillo y voy a tener que gritar y repartir cachetazos, no lo creo, realmente siento que se puede hacer de otra manera... Fui riada sin golpes pero con muchos gritos y palabras negativas que hasta el día de hoy veo que me limitan en muchas cosas, realmente deseo criar de otra manera sea una dos o cinco hijos... Un abrazo!

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